Después de entrenar, el cuerpo agota sus reservas de glucógeno, almacenadas en músculos e hígado. Para recuperar energía y evitar el desgaste muscular, es esencial ingerir carbohidratos.
Según la revista Sports Medicine, se recomienda consumir entre 1 y 1,2 gramos de carbohidratos por kilogramo de peso corporal durante las primeras cuatro horas tras la actividad física intensa. Las frutas como banana, uvas o manzana combinan glucosa y fructosa, restaurando tanto los músculos como el hígado.
La correcta elección de carbohidratos no solo acelera la recuperación, sino que también prepara al cuerpo para la siguiente sesión de entrenamiento, reduciendo la fatiga y mejorando la resistencia física.
Proteína: reconstrucción y fuerza muscular
El segundo pilar de la nutrición post-entrenamiento es la proteína, responsable de reparar y reconstruir las fibras musculares dañadas. Combinar proteína con carbohidratos potencia la recuperación y puede mejorar el rendimiento futuro.
Un estudio de 2016 demostró que ciclistas que consumieron carbohidratos y proteínas tras un entrenamiento intenso lograron pedalear 14 minutos más en la sesión siguiente que quienes ingirieron solo carbohidratos.
Las recomendaciones apuntan a consumir entre 20 y 40 gramos de proteína, ya sea mediante pollo, huevo, proteína en polvo o alternativas vegetales como legumbres y tofu. Esta práctica garantiza una recuperación eficiente y el mantenimiento de la masa muscular.
Rehidratación: líquidos y electrolitos
La rehidratación es tan importante como los macronutrientes. Aunque el agua es suficiente para muchas personas, bebidas con electrolitos como jugo de naranja, leche o soluciones de rehidratación oral pueden mejorar la absorción y retención de líquidos.
La hidratación adecuada previene la fatiga, favorece la recuperación y mantiene el equilibrio de sales y minerales esenciales, crucial para la función muscular y la recuperación después del entrenamiento.
Aplicación práctica: comidas sencillas y efectivas
Mantener una alimentación post-entrenamiento sencilla ayuda a incorporar los tres pilares sin complicaciones. Un batido con fruta congelada, proteína en polvo y jugo de naranja es un ejemplo práctico que combina carbohidratos, proteína y líquidos en una sola preparación.
La clave está en la constancia: priorizar comidas rápidas, nutritivas y completas permite que la recuperación muscular sea efectiva y sostenible, asegurando un mejor rendimiento físico a mediano y largo plazo.


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