La mantequilla de maní ha pasado de ser un simple complemento de desayunos americanos a convertirse en un alimento clave en dietas fitness, meriendas saludables y snacks energéticos. Pero, ¿realmente es tan saludable como parece? La respuesta no es tan simple.
Según Health Magazine y expertos de Harvard T.H. Chan School of Public Health, este alimento tiene múltiples beneficios… siempre que se consuma con moderación y se elijan productos naturales.
Lo bueno: proteínas, grasas saludables y más
Una cucharada de mantequilla de maní puede contener hasta 7 gramos de proteínas y 16 gramos de grasas monoinsaturadas, similares a las del aceite de oliva. Estas grasas, lejos de ser peligrosas, ayudan a reducir el colesterol LDL (malo) y aumentar el HDL (bueno), mejorando la salud cardiovascular.
Además, es fuente de vitamina E, magnesio y otros micronutrientes esenciales para el metabolismo, los huesos y el sistema inmunológico.
Un estudio citado por Health mostró que personas que consumieron maní diariamente durante seis meses redujeron su presión arterial más que quienes no lo hicieron.
Estudios que lo respaldan
La combinación de proteínas y grasas buenas ofrece un poderoso efecto: saciedad prolongada. En un estudio con mujeres con obesidad, quienes incluyeron maní en su dieta perdieron más peso que el grupo de control.
Esto se debe a que el cuerpo procesa lentamente estos nutrientes, ayudando a controlar el apetito y reduciendo los antojos innecesarios.
Pero no todo es positivo: riesgos a considerar
A pesar de sus beneficios, la mantequilla de maní puede ser enemiga si se consume en exceso o se eligen versiones ultraprocesadas. Muchas marcas comerciales incluyen azúcares añadidos, aceites hidrogenados y sodio, lo que elimina su perfil saludable.
Por otro lado, una porción (2 cucharadas) contiene cerca de 190 calorías, y su consumo desmedido puede llevar a un exceso calórico difícil de equilibrar.
También están las aflatoxinas, toxinas generadas por mohos en el maní. Aunque los controles son estrictos, consumir productos de baja calidad puede aumentar el riesgo de daño hepático a largo plazo.
Y lo más importante: la alergia al maní afecta a más de 1,6 millones de personas. Para ellos, incluso una pequeña cantidad puede ser letal.
¿Cómo consumirla con seguridad?
Expertos de Harvard recomiendan consumir solo dos cucharadas diarias, priorizando mantequilla de maní 100% natural, hecha únicamente con maní (y como mucho, sal).
Incluirla en un desayuno con fruta, en tostadas integrales o como ingrediente de smoothies es una excelente forma de aprovechar sus propiedades sin caer en excesos.
Conclusión: aliada o enemiga, tú decides
La mantequilla de maní puede ser parte de una dieta saludable, siempre que se consuma con moderación, se eviten productos ultraprocesados y se atiendan las necesidades particulares de cada persona.
No es un superalimento mágico, pero tampoco un enemigo. Como en todo, la clave está en el equilibrio.
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