Las lágrimas, comúnmente asociadas a emociones o irritación ocular, podrían convertirse en herramientas médicas poderosas. Un equipo del Instituto de Investigación y Hospital Germans Trias i Pujol, en España, ha demostrado que este fluido contiene vesículas extracelulares (EVs) capaces de reflejar la salud del ojo y del cerebro.
Cómo las lágrimas revelan enfermedades
A diferencia de otros fluidos oculares como el humor acuoso o el vítreo, cuya obtención es invasiva, las lágrimas se recolectan con facilidad y sin riesgos. Estas vesículas transportan proteínas, lípidos y ácidos nucleicos, que funcionan como una especie de “huella digital” celular, permitiendo detectar alteraciones biológicas antes de que los síntomas sean evidentes.
Marta San Roque, doctoranda del Grupo IVECAT, explica:
“Las lágrimas nos dan información valiosa no solo de la superficie ocular, sino de todas las estructuras del ojo y potencialmente del sistema nervioso central”.
Enfermedades que podrían anticiparse
Entre las patologías que podrían beneficiarse de este método están:
- Glaucoma: neuropatía óptica progresiva, principal causa de ceguera irreversible.
- Retinopatía diabética: daño en los vasos de la retina por altos niveles de glucosa.
- Síndrome del ojo seco: alteraciones inflamatorias y neurosensoriales de la película lagrimal.
Además, las EVs pueden atravesar la barrera hematoencefálica, reflejando procesos asociados con enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson.
Hacia una medicina preventiva y de precisión
El potencial de las lágrimas no solo radica en el diagnóstico temprano, sino también en monitorear tratamientos y recaídas. Cada gota podría revelar cómo un fármaco actúa o cómo progresa una terapia génica, acercando la medicina personalizada al entorno cotidiano del paciente.
Para garantizar resultados confiables, los investigadores recomiendan protocolos estandarizados como el Código PREanalítico Estándar (SPREC) y directrices de la Sociedad Internacional de Vesículas Extracelulares (ISEV).
Un futuro prometedor
La investigación sugiere que cada lágrima es un mensaje biológico cifrado, capaz de anticipar enfermedades oculares y cerebrales. Este enfoque integra oftalmología, neurociencia y nanotecnología, ofreciendo un panorama más sistémico y humano del diagnóstico médico.
El trabajo de IVECAT invita a redefinir la medicina preventiva: lo cotidiano, como una lágrima, puede contener la información necesaria para salvar la vista o comprender el deterioro neuronal antes de que sea irreversible.


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