Ana se acostó temprano, pero no pudo evitar revisar Instagram. Al ver a sus amigos en una fiesta a la que no fue invitada, un nudo le apretó el estómago. No era solo tristeza, era algo más profundo: una sensación de quedar al margen, de no pertenecer. Ese sentimiento tiene nombre, y lo padecen millones de personas: FOMO, por sus siglas en inglés, Fear of Missing Out.
¿Qué es el FOMO y por qué duele tanto?
El FOMO es el miedo a perderse de algo importante, a quedar excluido de experiencias significativas que otros parecen estar disfrutando. Aunque el término fue acuñado en los 90, se ha intensificado con la llegada de las redes sociales. Hoy, plataformas como Instagram, TikTok o Facebook exponen constantemente momentos ajenos que pueden generar angustia, envidia o tristeza.
La psicóloga Amy Sullivan, de la Cleveland Clinic, advierte que el FOMO “provoca la percepción de que otros viven mejor que tú”, alimentando la comparación constante. Este fenómeno se ha vuelto una epidemia silenciosa entre jóvenes y adultos conectados las 24 horas.
Cómo impacta el FOMO en la salud mental y física
El FOMO no solo genera ansiedad emocional: también afecta el cuerpo. Según la revista World Journal of Clinical Cases, se manifiesta con síntomas como:
- Palpitaciones o ritmo cardíaco acelerado
- Tensión estomacal o náuseas
- Dolores musculares
- Trastornos del sueño
- Tristeza o irritabilidad
Además, la constante vigilancia de las redes puede llevar a trastornos de alimentación, sedentarismo y pérdida del sentido de realidad. El estudio vincula el FOMO con malos hábitos alimentarios y riesgo de obesidad en jóvenes adultos.
El ciclo de comparación y la baja autoestima
Quien sufre FOMO suele entrar en un círculo vicioso: compara su vida con la de otros, se siente excluido, sube contenido en busca de validación y, si no recibe suficiente atención, refuerza su inseguridad. Este aislamiento subjetivo se convierte en terreno fértil para síntomas depresivos y desconexión emocional.
En palabras de Sullivan: “Tenemos acceso a todo las 24 horas, y eso genera la sensación de que nunca estamos haciendo lo suficiente”.
Estrategias para vencer el FOMO
Los expertos coinciden: poner límites al uso de redes sociales es esencial. Aquí algunas herramientas clave:
Establece límites digitales
Reconoce las señales físicas y emocionales del FOMO. Si aparecen, apaga el celular y haz una pausa.
Fortalece vínculos reales
Reúnete con amigos, charla sin pantallas y cultiva momentos auténticos. La conexión presencial es un antídoto directo contra la ansiedad digital.
Reconecta con la naturaleza
Caminar, observar el entorno o simplemente estar en silencio ayuda a desacelerar el pensamiento comparativo.
Aprende a estar presente
Prioriza lo importante, selecciona eventos y aprende a decir “no” sin culpa. Estar en paz con tus decisiones reduce el malestar del FOMO.
Acude a terapia si es necesario
La terapia cognitivo-conductual o interpersonal puede ayudarte a manejar pensamientos distorsionados y reconstruir tu autoestima desde adentro.


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