El sueño es un pilar fundamental para la salud mental, pero un estudio reciente publicado en Sleep Advances alerta sobre un vínculo crítico: los adolescentes que no duermen lo suficiente podrían estar en mayor riesgo de suicidio. La investigación, realizada por la Universidad de Warwick en Reino Unido, rastreó a más de 8,500 jóvenes nacidos entre 2000 y 2002.
Los resultados muestran que los problemas de sueño a los 14 años se relacionan con un riesgo significativamente mayor de intento de suicidio a los 17 años, incluso cuando se consideran otros factores de riesgo, como la depresión o situaciones de estrés familiar.
Sueño fragmentado y privación: impacto en la impulsividad
Según Michaela Pawley, investigadora principal, “la falta de sueño no es solo un síntoma de dificultades más amplias, sino un factor de riesgo significativo por derecho propio”.
Los jóvenes que experimentan sueño interrumpido o insuficiente presentan una mayor impulsividad, lo que podría aumentar la probabilidad de acciones con consecuencias graves.
Nicole Tang, directora del Laboratorio de Sueño y Dolor de Warwick, destaca que la privación y fragmentación del sueño no son quejas triviales: pueden desgastar las defensas emocionales del adolescente y llevarlo a comportamientos peligrosos.
Protección a través de habilidades de toma de decisiones
El estudio también identificó que los adolescentes con habilidades más fuertes para la toma de decisiones parecen estar parcialmente protegidos frente al impacto de dormir mal. Esto sugiere que estrategias de educación emocional y desarrollo de capacidades cognitivas podrían mitigar parte del riesgo suicida asociado al insomnio juvenil.
Prevención y apoyo: la clave para salvar vidas
Los investigadores enfatizan que abordar los problemas de sueño debería formar parte de las estrategias de prevención del suicidio. Actividades como mantener horarios de sueño regulares, limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir y fomentar hábitos de relajación pueden ser medidas efectivas.
Además, es crucial que padres, docentes y profesionales de la salud reconozcan signos de dificultades del sueño y busquen intervención temprana. La identificación de estos problemas podría salvar vidas y reducir significativamente los intentos de suicidio entre jóvenes.
Si tú o alguien que conoces experimenta angustia emocional o ideas suicidas, llama a la Línea de Prevención del Suicidio al 988, disponible las 24 horas.


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