Laura tiene 42 años, no bebe en exceso y come “más o menos bien”. Un chequeo de rutina le reveló niveles alterados en sus enzimas hepáticas. El diagnóstico: hígado graso no alcohólico. “Nunca tuve síntomas”, dijo. Lo que parecía un estilo de vida normal estaba deteriorando su salud silenciosamente. Como Laura, millones de personas podrían estar dañando su hígado a diario sin sospecharlo.
¿Por qué el hígado es tan importante?
El hígado es un órgano esencial. Filtra toxinas, regula el metabolismo, almacena energía y combate infecciones. Aunque puede regenerarse, su desgaste progresivo puede llevar a enfermedades como la cirrosis, el hígado graso o el cáncer hepático, muchas veces sin manifestar síntomas hasta etapas avanzadas.
Cinco hábitos comunes que afectan la salud hepática
1. Consumir alcohol en exceso o con frecuencia
Incluso cantidades “sociales” de alcohol pueden dañar las células hepáticas a largo plazo. El riesgo aumenta si se combina con medicamentos o exceso de grasa corporal. El hígado procesa el alcohol y genera sustancias tóxicas como el acetaldehído, que lo inflaman y deterioran.
2. Comer ultraprocesados y alimentos azucarados
Jugos industrializados, galletas, cereales azucarados o snacks cargados de fructosa favorecen la acumulación de grasa en el hígado. Estudios han vinculado estas dietas con un mayor riesgo de hígado graso no alcohólico y cáncer hepático.
3. Sedentarismo
Permanecer sentado la mayor parte del día dificulta el metabolismo de las grasas. Incluso sin sobrepeso, una persona sedentaria puede desarrollar grasa hepática. Caminar, nadar o realizar ejercicios simples varias veces por semana protege el hígado.
4. Fumar
El tabaco no solo afecta los pulmones. Las toxinas del humo reducen la oxigenación y regeneración hepática. También favorecen mutaciones celulares vinculadas al cáncer de hígado.
5. Automedicarse
Paracetamol, suplementos “naturales”, tés detox… todo pasa por el hígado. Usarlos sin control puede colapsar su capacidad de filtrado y causar daño hepático agudo.
Cómo cuidar el hígado: acciones efectivas y simples
- Aliméntate con estilo mediterráneo: vegetales, frutas, legumbres, granos enteros y aceite de oliva.
- Evita el alcohol y el tabaco.
- Ejercítate regularmente: al menos 30 minutos, cinco veces por semana.
- Consulta antes de tomar medicamentos o suplementos.
- Hazte pruebas periódicas para detectar hepatitis o alteraciones hepáticas.
La buena noticia es que el hígado tiene una gran capacidad de recuperación. Modificar estos hábitos puede revertir el daño, incluso en fases iniciales.
TE PODRÍA INTERESAR