Zacatecas investiga presunta adopción ilegal tras denuncia viral en redes
La mañana comenzó con un estallido en redes sociales. Un video grabado desde Río Grande, Zacatecas, se convirtió en tendencia nacional: una madre denunciaba entre lágrimas que una pareja le había robado a su hijo y que, además, estaba recibiendo amenazas por intentar recuperarlo. El caso, cargado de drama y emociones, pronto escaló hasta los titulares.
Sin embargo, conforme la Fiscalía General de Justicia de Zacatecas (FGJZ) avanzó en la investigación, la historia tomó un giro inesperado. Lo que en redes sociales parecía un caso de robo de bebé, se transformó en una investigación por adopción ilegal, con la participación directa de la madre biológica.
El video viral que encendió la indignación en Río Grande
Itzel Guadalupe Hernández, de 29 años, originaria de Río Grande, grabó y difundió un video denunciando que un matrimonio le había arrebatado a su hijo. El mensaje, acompañado de llanto y desesperación, rápidamente se compartió en miles de muros digitales, generando solidaridad e indignación.
El relato parecía claro: una madre luchando contra un sistema injusto y contra una pareja que presuntamente había secuestrado a su bebé. Pero detrás de la viralidad, la carpeta de investigación contaba otra versión.
La versión de la Fiscalía: entrega voluntaria del bebé
De acuerdo con la fiscal especializada en Trata de Personas, María de Jesús García González, los registros médicos y documentales muestran que la madre biológica entregó voluntariamente al niño desde su nacimiento, hace siete meses.
La investigación reveló que, desde el embarazo, Itzel había considerado interrumpir la gestación, pero finalmente pactó con un matrimonio la entrega de su hijo. Durante los controles médicos y en el acta de nacimiento, la madre jamás proporcionó su propio nombre, sino el de la mujer que recibiría al bebé. Por esa razón, el niño hoy lleva los apellidos de la pareja y no los de su madre biológica.
El conflicto tras la denuncia pública
Cuando el video se viralizó, el matrimonio que tiene al bebé ofreció devolvérselo a la madre biológica, en caso de que el procedimiento hubiese sido irregular. Pero sorprendentemente, según la Fiscalía, la madre se negó a recibirlo.
La fiscal detalló que, si la mujer desea reclamar legalmente a su hijo, debe iniciar un procedimiento de reconocimiento de maternidad, lo que implicaría anular la documentación actual y abrir un proceso judicial más complejo.
Posibles consecuencias legales para la madre biológica
La FGJZ mantiene abierta la carpeta por adopción ilegal, un delito que podría alcanzar no solo a la pareja, sino también a la madre biológica, por haber participado en el acuerdo.
Este caso pone sobre la mesa un debate social y jurídico delicado: ¿qué pasa cuando las redes sociales transforman un relato personal en una verdad mediática? Y sobre todo, ¿cómo debe actuar la justicia cuando la denuncia pública difiere de la evidencia judicial?
Implicaciones sociales y legales del caso
El episodio refleja cómo los videos virales pueden moldear la opinión pública y presionar a las instituciones, incluso antes de que exista una verdad jurídica. En Zacatecas, la historia de Itzel no solo expone las irregularidades en procesos de adopción, sino también la fragilidad de miles de mujeres que enfrentan decisiones difíciles durante el embarazo.
La Fiscalía ha dejado claro que el caso sigue abierto y que ninguna de las partes queda exenta de posibles sanciones. La discusión apenas comienza, y el desenlace legal podría marcar un precedente en materia de derechos de maternidad y adopciones ilegales en México.
Entre redes sociales y justicia
El caso de Itzel Guadalupe Hernández es un ejemplo contundente de cómo la narrativa mediática puede diferir de la realidad jurídica. Mientras en redes sociales la indignación habla de un robo, los documentos oficiales apuntan hacia un acuerdo previo de adopción.
La historia aún no tiene un final, pero lo cierto es que el desenlace marcará la vida de un niño, una madre y un matrimonio. En Zacatecas, la línea entre la verdad pública y la verdad judicial sigue siendo delgada.
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