En los últimos años, series como Euforia, Élite y Ni una más han ganado popularidad entre las audiencias jóvenes, no solo por sus tramas atractivas, sino también por su representación de temáticas complejas y controversiales. Entre estos temas, el consumo de drogas destaca como un eje recurrente en las historias de adolescentes que enfrentan las presiones sociales, la búsqueda de identidad y los desafíos emocionales.
Si bien estas producciones han sido elogiadas por su crudeza y realismo, también han sido criticadas por lo que algunos perciben como una normalización del uso de sustancias. Desde personajes que usan drogas para «encontrarse a sí mismos» hasta la glamorización del estilo de vida asociado al narcotráfico, estas narrativas pueden tener un impacto profundo en la percepción juvenil.
La influencia cultural de las series juveniles
Euforia y el retrato crudo de las adicciones
Protagonizada por Zendaya, Euforia ha sido aplaudida por su representación visceral de las consecuencias del abuso de drogas. Sin embargo, su enfoque hiperestético —con escenas cargadas de música, colores vibrantes y una narrativa casi poética— puede llevar a algunos espectadores a interpretar el consumo como algo intrigante o parte de un estilo de vida bohemio.
En palabras de expertos, el peligro radica en que:
- Minimiza las consecuencias reales al mostrar personajes que superan situaciones extremas sin secuelas duraderas.
- Romantiza el sufrimiento al asociarlo con creatividad, profundidad emocional o autenticidad.
Élite: El lujo y las sustancias como parte de la adolescencia
En contraste, Élite introduce el consumo de drogas como un aspecto casi cotidiano de la vida de sus personajes, quienes enfrentan dramas escolares en un contexto de lujo y excesos. Aunque algunos episodios abordan las repercusiones, la trama principal suele centrarse más en los conflictos románticos y sociales, dejando las consecuencias del consumo en un segundo plano.
Esta narrativa refuerza la idea de que:
- El consumo de drogas es parte de una vida emocionante y sofisticada.
- Los jóvenes con privilegios pueden escapar fácilmente de las repercusiones legales o emocionales.
Narconarrativas: Entre antihéroes y la desensibilización
Producciones como Narcos o El Chapo han llevado la temática del narcotráfico a un público masivo, presentando a sus protagonistas como estrategas brillantes y carismáticos. Aunque estas series no están dirigidas específicamente a adolescentes, su popularidad entre los jóvenes es innegable.
El problema surge cuando estos personajes, a pesar de cometer actos atroces, son representados como:
- Antihéroes admirables, con valores como lealtad y determinación.
- Figuras de poder y éxito, logrados a través del narcotráfico.
Esto puede llevar a una percepción distorsionada del impacto real del crimen organizado, especialmente en regiones afectadas por la violencia.
El impacto psicológico y social del consumo de drogas en adolescentes
Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2022 de la ONU, el consumo de drogas entre jóvenes ha aumentado un 26% en la última década. Este incremento se correlaciona con una mayor exposición cultural al consumo recreativo, presentado en los medios como una conducta aceptable o inevitable.
Consecuencias del consumo temprano:
Alteraciones en el desarrollo cerebral, especialmente en áreas relacionadas con la regulación emocional y la toma de decisiones.
Mayor riesgo de desarrollar adicciones, ansiedad, depresión y otros trastornos psicológicos.
Impactos en las relaciones sociales, rendimiento académico y salud física.
Además, el consumo adolescente suele estar impulsado por factores como la presión de grupo, la búsqueda de pertenencia y la necesidad de rebelarse contra las normas establecidas, elementos que las series juveniles reflejan —y, a veces, refuerzan— de manera constante.
La responsabilidad de los medios en la construcción de narrativas saludables
Si bien es cierto que las series no pueden ser culpadas por los comportamientos individuales, tienen un papel crucial en la construcción de percepciones culturales. Representar el consumo de drogas sin un contexto crítico puede contribuir a:
- Desensibilizar a los jóvenes frente a los riesgos reales.
- Crear un falso sentido de seguridad o inevitabilidad.
- Influir en las actitudes hacia las drogas y el crimen.
¿Cómo equilibrar realismo y responsabilidad?
Las historias que abordan temas como el consumo de drogas tienen el poder de generar conciencia, pero también de influir en comportamientos. Es crucial que las narrativas juveniles incluyan:
- Consecuencias reales: Mostrar el impacto duradero del consumo en la vida de los personajes.
- Modelos positivos: Incluir personajes que elijan alternativas saludables.
- Educación implícita: Presentar información sobre los riesgos de manera orgánica dentro de las tramas.
El reto de la representación
Las series como Euforia y Élite son un reflejo de las complejidades de la adolescencia contemporánea, pero también tienen una influencia cultural significativa. La clave está en encontrar un equilibrio entre el realismo narrativo y la responsabilidad social, para evitar que las narrativas se conviertan en manuales de comportamiento o idealizaciones de conductas peligrosas.
¡Únete a nuestro canal en WhatsApp! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil


TE PODRÍA INTERESAR