El pozole, uno de los platillos más emblemáticos de México, se prepara con maíz pozolero y carne de cerdo o pollo, acompañado de cebolla, lechuga, limón y salsa picante. Gracias al proceso de nixtamalización, el maíz ofrece una buena cantidad de vitaminas y minerales esenciales.
Una porción de 238 gramos, incluyendo carne y verduras, aporta aproximadamente 214 calorías, 12 gramos de carbohidratos, 18 gramos de proteínas y 10 gramos de grasa. Además, es fuente de micronutrientes como niacina, calcio, magnesio, fósforo, potasio, zinc y hierro, contribuyendo a una dieta equilibrada.
Beneficios para la salud y la digestión
El pozole ayuda a prevenir la deficiencia de niacina, un nutriente esencial para evitar fatiga, depresión y problemas de memoria. Su contenido proteico favorece la sensación de saciedad, contribuyendo al control de peso si se consume con moderación.
La fibra del maíz y el almidón generado en la nixtamalización actúan como prebióticos, alimentando las bacterias buenas del intestino y mejorando la salud digestiva. Además, al ser libre de gluten, es apto para personas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten.
Existen variedades de pozole verde, rojo y blanco, dependiendo de los chiles y tomates utilizados en la salsa, lo que permite disfrutar del platillo sin sacrificar los beneficios nutricionales. Incorporar pozole de manera moderada en la dieta puede ser una forma deliciosa de obtener nutrientes esenciales mientras se disfruta de la tradición mexicana.


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