Nació como un grito necesario contra el racismo en la industria del entretenimiento, pero terminó consumido por sus propias polémicas. El colectivo Poder Prieto se ha disuelto, dejando un legado de debate intenso y lecciones sobre activismo en la era digital.
El colectivo Poder Prieto, que irrumpió en la escena pública en 2021 con la misión de visibilizar y combatir el racismo sistémico en la industria audiovisual mexicana, ha anunciado oficialmente su fin. A través de un comunicado emitido en mayo de 2024, la organización, que contó con figuras de alto perfil como Tenoch Huerta y Maya Zapata, declaró que «ya no podemos continuar», poniendo fin a un capítulo de activismo intenso y, a menudo, controvertido.
El movimiento surgió con una premisa poderosa y necesaria, utilizando la plataforma de sus miembros para señalar la falta de representación de personas de piel morena en roles protagónicos y la perpetuación de estereotipos dañinos en los medios de comunicación mexicanos. Su lema, #DondeHayPrieturaHaySabrosura, buscaba cambiar una narrativa audiovisual que históricamente ha privilegiado las pieles blancas y ha relegado a las personas de piel morena a estereotipos. Su discurso, directo y confrontacional, puso sobre la mesa un tema incómodo pero fundamental, generando conversaciones que resonaron desde los foros académicos hasta las redes sociales.
Sin embargo, en sus tres años de existencia, el colectivo también se vio envuelto en una serie de polémicas que, según su propio comunicado final, desgastaron al movimiento y a sus integrantes.
Hitos y controversias: Una cronología
La trayectoria de Poder Prieto estuvo marcada por una dualidad: por un lado, un activismo aplaudido por señalar la discriminación en castings y producciones; por otro, una serie de conflictos que minaron su credibilidad ante una parte de la opinión pública.
- El Origen (2021): El colectivo se forma con actores, especialistas en marketing y miembros de la industria audiovisual con la meta de erradicar los estereotipos raciales en los medios.
- Polémica con la artesana Feliciana Bautista (Abril 2023): Tenoch Huerta fue criticado por usar una capa de la artesana purépecha sin darle el crédito correspondiente. El colectivo defendió inicialmente al actor, lo que generó acusaciones de incongruencia. Posteriormente, se disculparon, pero el incidente dejó una marca.
- Conflicto con la promotora cultural Luz Valdez: Tras la polémica de la capa, Valdez denunció intentos de intimidación por parte de miembros del colectivo, lo que escaló el debate sobre las formas y estrategias del movimiento.
- Acusaciones contra Tenoch Huerta (Junio 2023): La saxofonista y activista María Elena Ríos acusó públicamente a Tenoch Huerta de ser un «depredador sexual», señalando un presunto acto de stealthing (retirarse el preservativo sin consentimiento). Ríos también acusó a Poder Prieto de proteger al actor y de haberla buscado para evitar escándalos. Huerta negó las acusaciones, calificándolas de «falsas», pero el impacto en su imagen y en la del colectivo fue severo.
El comunicado final: “Cansancio y desgaste”
En su mensaje de despedida, el colectivo reconoció el impacto de estas controversias. «Esta labor ha sido agotadora… Ha sido un espacio que ha recibido muchos ataques, descalificaciones y hasta saboteos», se lee en el comunicado.
Afirmaron que, aunque la causa sigue siendo válida, las estrategias y las personas que la impulsan deben cambiar. «Nuestra lucha y nuestras voces deben encontrar nuevas formas y espacios para seguir existiendo… No dejaremos de luchar, sólo cambiaremos de lugar y de estrategia», concluyeron, abogando por un diálogo sin «punitivismos, ni linchamientos».
«Poder Prieto cerró labores este año. No es fácil. Lo sabemos. Pero ya no podemos continuar. Y es que, aunque la causa es necesaria, también ha sido muy desgastante». – Comunicado oficial de Poder Prieto.
El legado y el futuro del debate
La disolución de Poder Prieto no cierra el debate sobre el racismo en México; por el contrario, lo reconfigura. El colectivo logró, sin lugar a dudas, instalar el tema en la agenda mediática y forzar a la industria del entretenimiento a mirarse en el espejo.
Estudios académicos confirman la persistencia del racismo en los medios mexicanos, donde la representación de personas indígenas o afrodescendientes a menudo se limita a estereotipos, mientras que los roles protagónicos y de poder son sistemáticamente otorgados a personas de tez clara.
El fin de Poder Prieto deja varias lecciones sobre la mesa: la complejidad de separar al mensajero del mensaje, los peligros del linchamiento mediático en la era digital y la necesidad de construir movimientos con estructuras sólidas y transparentes. La pregunta que queda en el aire es: ¿quién tomará la estafeta y con qué nuevas estrategias se seguirá luchando por una representación más justa y equitativa en las pantallas de México?


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