Una tendencia alarmante: los jóvenes están muriendo antes de tiempo
Durante años, la mortalidad prematura en adultos jóvenes parecía un problema menor en comparación con otros grupos etarios. Sin embargo, un reciente estudio publicado en JAMA Network Open reveló un panorama preocupante: las tasas de muerte en personas de entre 25 y 44 años han aumentado drásticamente, incluso antes de la pandemia de COVID-19.
En 2023, la tasa de mortalidad en este grupo fue un 70% superior a lo proyectado si las tendencias previas a 2011 hubieran continuado. Y aunque el exceso de muertes disminuyó tras la pandemia, sigue estando por encima de los niveles esperados.
Los investigadores advierten que, si no se toman medidas urgentes, esta crisis podría empeorar con el tiempo.
¿Qué está matando a los adultos jóvenes? Las principales causas
El aumento en la mortalidad de los jóvenes no tiene una única causa, sino que es el resultado de varios factores interconectados.
1. Sobredosis de drogas: la epidemia silenciosa
Más del 30% de las muertes en adultos jóvenes en 2023 estuvieron relacionadas con sobredosis de drogas. El fentanilo, un opioide sintético extremadamente potente, ha sido el principal responsable de este fenómeno.
El fácil acceso a drogas ilícitas, la crisis de salud mental y la falta de recursos para la rehabilitación han creado un cóctel mortal para miles de jóvenes.
2. Accidentes fatales y violencia
Los accidentes de tránsito y las muertes relacionadas con armas de fuego representaron un 14% de las muertes en este grupo etario. A esto se suman los homicidios, que alcanzaron el 8% del total de fallecimientos.
El aumento de la violencia en algunas regiones, sumado a la conducción temeraria y el consumo de sustancias, ha incrementado significativamente los riesgos para los adultos jóvenes.
3. Enfermedades crónicas en la juventud
Tradicionalmente, enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión y los problemas cardíacos eran consideradas padecimientos de la tercera edad. Hoy, estos problemas afectan cada vez más a los adultos jóvenes debido a la mala alimentación, el sedentarismo y el estrés crónico.
El doctor Sanjey Gupta, especialista en emergencias médicas, advierte que los jóvenes están padeciendo enfermedades que antes solo se veían en adultos mayores, lo que aumenta el riesgo de muerte prematura.
La pandemia de COVID-19: un factor clave en la crisis
Si bien el aumento de la mortalidad juvenil comenzó antes del 2020, la pandemia exacerbó la situación de dos maneras clave:
1. Secuelas del COVID prolongado
Muchos adultos jóvenes que contrajeron COVID-19 han reportado problemas persistentes de salud, como daño pulmonar, afecciones cardíacas y trastornos neurológicos. Estos efectos pueden aumentar el riesgo de muerte prematura en el futuro.
2. Falta de acceso a la atención médica
Durante la pandemia, muchas personas evitaron ir al médico por miedo al contagio o por restricciones sanitarias. Esto resultó en diagnósticos tardíos de enfermedades graves, lo que aumentó las probabilidades de complicaciones fatales.
¿Cómo revertir esta crisis? Medidas urgentes
Aunque la situación es alarmante, aún hay tiempo para cambiar el rumbo. Estas son algunas estrategias clave para reducir la mortalidad prematura en adultos jóvenes:
1. Acceso prioritario a la salud mental y rehabilitación
La salud mental es un pilar fundamental en esta crisis. Es urgente aumentar la inversión en programas de apoyo psicológico y tratamiento para el abuso de sustancias.
2. Educación sobre hábitos saludables desde la infancia
Promover una alimentación equilibrada, el ejercicio físico y la prevención de enfermedades crónicas puede reducir significativamente las muertes prematuras en el futuro.
3. Control de opioides y regulación de drogas sintéticas
Combatir la crisis del fentanilo y otras drogas requiere una acción coordinada entre gobiernos, fuerzas de seguridad y el sector de salud pública.
4. Reducción de la violencia y seguridad vial
Implementar políticas de seguridad más estrictas y programas de prevención de violencia puede salvar miles de vidas al año.
Un llamado urgente a la acción
La creciente mortalidad en adultos jóvenes es una crisis que no podemos ignorar. Sin medidas inmediatas, podríamos estar perdiendo una generación entera ante causas prevenibles.
Los expertos advierten que, sin cambios estructurales en salud pública, seguridad y bienestar social, esta tendencia seguirá en aumento.La pregunta es: ¿qué estamos esperando para actuar?


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