La Ciudad de México estrenó un nuevo mural conmemorativo en el Antiguo Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, obra que refleja la histórica colaboración entre la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el gobierno capitalino. La pieza forma parte del proyecto Ciudad Mural de la Secretaría de Cultura local y reúne elementos visuales que simbolizan las agendas compartidas en materia de movilidad, sustentabilidad, igualdad de género, vivienda, educación y desarrollo social.
Un mural que narra una relación de 80 años
El mural, creado por los artistas Alan Mendoza Antonio, José Rodolfo Espino González, Miguel Ángel Roa Hernández y Arturo Domínguez Guerrero, bajo la dirección artística de Paola Paz Yee, conmemora los 80 años de la ONU y su presencia activa en la capital del país desde su fundación.
La obra incluye escenas urbanas, educativas, agrícolas y sociales que representan el alcance de los programas y proyectos que diferentes agencias de la ONU han realizado junto con la ciudad a lo largo de décadas.
Entre los elementos visuales destacan trabajadores del campo, el Cablebús, la Línea 1 del Metro, la Central de Abasto, la zona lacustre de Xochimilco, estudiantes frente a la Biblioteca Central de la UNAM y dos mujeres abrazadas con la Plaza de Tlatelolco de fondo, símbolo de igualdad y memoria histórica.
Los temas que inspiraron la obra
De acuerdo con Peter Grohmann, coordinador residente del Sistema ONU en México, el mural refleja la colaboración en temas clave como movilidad sostenible, alimentación digna, educación pública, protección del territorio, igualdad de género y urbanismo con enfoque de derechos.
La obra no solo es una pieza estética, sino un mapa visual del trabajo conjunto entre la ciudad y la ONU, desde programas para evitar el hambre hasta estrategias de urbanismo social, pasando por políticas de transporte con enfoque sustentable como el Cablebús.
Proyectos destacados entre la ONU y la Ciudad de México
Rocío Lombera González, coordinadora general de Asuntos Internacionales del gobierno capitalino, destacó la cooperación con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), que participó en los procesos de licitación del Cablebús y la renovación integral de la Línea 1 del Metro, garantizando estándares de transparencia y gestión internacional.
Lombera aseguró que esa colaboración continuará bajo el actual gobierno, especialmente en proyectos de electromovilidad, una de las prioridades estratégicas de la ciudad rumbo a la descarbonización del transporte público.
Además, subrayó el papel de la ciudad en la Conferencia Regional de la Mujer, donde por primera vez se integró un foro de gobiernos subnacionales —estatales y municipales— dentro del marco oficial de la ONU, gracias al impulso de ONU Mujeres y la CEPAL. Este hecho marcó un precedente histórico en la representación local dentro de debates regionales sobre igualdad de género.
Vivienda, territorio y derecho a la ciudad
Otro de los socios relevantes mencionados fue ONU-Hábitat, que ha brindado asesoría técnica para el diseño de políticas vinculadas al derecho a la vivienda, gestión del suelo y mejoramiento urbano.
Estos proyectos forman parte de una estrategia destinada a reducir desigualdades y fortalecer la planeación con enfoque de derechos humanos, un tema central para la capital, considerada una de las ciudades más complejas y diversas de América Latina.
Un espacio con memoria histórica
La secretaria de Turismo capitalina, Alejandra Frausto, destacó el simbolismo del lugar donde fue instalado el mural: la antigua zona colegial de Tlatelolco, espacio donde convergen historia, tragedia y memoria colectiva.
Recordó que en este sitio se firmó en 1967 el Tratado de Tlatelolco, que declaró a América Latina y el Caribe como región libre de armas nucleares, hito diplomático reconocido por la ONU.
Pero también es un espacio marcado por episodios dolorosos como la masacre del 2 de octubre de 1968 y la devastación del sismo de 1985, que convirtió a Tlatelolco en símbolo de dolor, resistencia y solidaridad social.
Arte público como herramienta de memoria y futuro
El proyecto Ciudad Mural no solo busca embellecer los espacios urbanos, sino recuperar memoria colectiva y promover ciudadanía crítica a través del arte.
En este caso, el mural actúa como puente entre la historia de la cooperación internacional, la identidad local y los desafíos globales que aún siguen vigentes: cambio climático, desigualdad social, acceso justo a la ciudad y participación comunitaria.
El nuevo mural de Tlatelolco es más que una obra visual: es un recordatorio vivo del vínculo entre la ONU y la Ciudad de México, un vínculo que combina diplomacia, desarrollo social, políticas públicas y memoria histórica.
En un país donde el espacio público es también espacio de lucha, la obra cristaliza un mensaje que se lee en colores y símbolos: la transformación urbana no solo se construye con infraestructura, sino con cultura, participación y derechos humanos.


TE PODRÍA INTERESAR