Aunque en muchas ocasiones se habla del cerebro como el centro del pensamiento, la memoria y la inteligencia, poco se reconoce que al ser un órgano también se puede enfermar, no sólo por causas neurológicas sino por trastornos mentales que muchas veces pasan desapercibidos.
De acuerdo con el psiquiatra Egar Landeros, explicó que atender la mente es también cuidar el cerebro, y es urgente dejar atrás el estigma que impide acceder a un diagnóstico oportuno.
“El cerebro también se enferma, y los trastornos mentales no son inventos ni debilidades. Hoy son más las personas que por diferentes factores presentan estos trastornos y que no los atienden por vergüenza o miedo.
“Muchos pacientes con ansiedad, depresión o trastornos del sueño llegan al neurólogo pensando que tienen un daño físico, cuando en realidad están lidiando con una afectación emocional no tratada. Es momento de dejar atrás los prejuicios y entender que cuidar la mente también es cuidar la salud”, dijo.
De acuerdo con el especialista, uno de los principales retos en México es que las personas acuden tarde a consulta o, peor aún, nunca lo hacen, por miedo al juicio social o por desconocimiento.
“Nos enseñaron a tenerle miedo a la palabra psiquiatra, porque se le relaciona con el manicomio o con la imagen de una persona loca. Pero atender la mente es atender el cerebro. No se trata de locura, se trata de salud”, compartió.
Explicó que, al igual que cualquier otro órgano, el cerebro puede presentar alteraciones tanto estructurales como funcionales, y que muchas veces estas se entrelazan. Sin embargo, en algunos casos requieren de apoyo de especialistas.
“Hay pacientes que tienen migrañas, insomnio, pérdida de memoria o confusión, y aunque buscan al neurólogo, la causa puede ser un trastorno de ansiedad no diagnosticado. Es ahí donde debemos trabajar en conjunto, la neurología y la psiquiatría no son enemigas, son aliadas”.
Estigma y desinformación, las barreras más grandes
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 8 personas en el mundo vive con algún trastorno mental, siendo los más comunes la depresión y la ansiedad. Sin embargo, más del 50% de los casos no recibe atención oportuna.
“Cuando una persona tiene hipertensión o diabetes, lo dice sin problema. Pero si tiene depresión, lo esconde. Ese silencio también enferma. A veces se piensa que los problemas mentales se solucionan con fuerza de voluntad, cuando en realidad requieren diagnóstico, tratamiento y acompañamiento”, comentó.
En el caso de la península de Yucatán, el especialista advierte que aún falta mucho por hacer en términos de cultura sanitaria y acceso a servicios de salud mental, pues son temas que se han minimizado no solo por los tres órdenes de gobierno, sino por la misma población.
“No basta con abrir consultorios y hospitales si las personas no van, no tienen la intención de ir porque para ellos no es importante. Entonces, lo que tenemos que hacer es educar a la población para que entienda que ir al psiquiatra o al psicólogo no es una debilidad, sino una forma responsable de cuidarse”, dijo.
Cuidar el cerebro es también cuidar las emociones
En el Día Mundial del Cerebro, el mensaje del especialista es que la salud cerebral no sólo implica evitar enfermedades como el Alzheimer, Parkinson, la epilepsia o los tumores, sino también cuidar el equilibrio emocional, el sueño, la memoria y el estado de ánimo.
“Lo que pensamos, lo que sentimos, lo que soñamos, todo sucede en el cerebro. Si aprendemos a cuidarlo desde lo físico y lo emocional, podemos vivir mejor y prevenir muchas enfermedades”, expresó.
Señales de que tu cerebro necesita ayuda
- Cambios repentinos en el estado de ánimo o irritabilidad constante
- Problemas para dormir o dormir en exceso
- Falta de concentración o pérdida de memoria
- Fatiga crónica sin causa aparente
- Dolores de cabeza frecuentes sin diagnóstico neurológico claro
- Aislamiento social o pérdida de interés en actividades cotidianas
- Pensamientos negativos persistentes o ideas suicidas
Recomendaciones para cuidar tu cerebro
- Dormir entre 7 y 8 horas diarias de manera regular
- Mantener una alimentación equilibrada rica en omega-3 y antioxidantes
- Realizar ejercicio físico al menos 30 minutos al día
- Practicar técnicas de relajación como la meditación o la respiración consciente
- Mantener redes sociales y afectivas activas
- Evitar el consumo excesivo de alcohol, tabaco y otras sustancias
- Buscar ayuda profesional ante síntomas de ansiedad o depresión
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