El 21 de agosto es una fecha cargada de historia en México. A lo largo de los siglos, distintos acontecimientos han marcado esta jornada, dejando huella en la vida política, cultural y social del país, pero también en la del mundo. Por ello, en La Verdad Noticias te contamos qué pasó un día como hoy.
Muerte de Leona Vicario
El 21 de agosto de 1842 falleció Leona Vicario, una de las mujeres más valientes de la Independencia de México. Sus restos fueron velados en el templo de Santo Domingo y más tarde sepultados en el Panteón de Santa Paula, en una ceremonia presidida por el entonces presidente Antonio López de Santa Anna. Su muerte abrió un día de contrastes, pues apenas dos años después, en 1844, se decretaría un fondo extraordinario para financiar la guerra de Texas.
Guerras, tensiones y resistencias
En 1847, en plena guerra entre México y Estados Unidos, el general Winfield Scott recibió una propuesta de tregua por parte de Santa Anna. El gesto derivó en un armisticio que fue firmado y ratificado en los días siguientes, aunque la paz sería momentánea.
Ya en 1863, durante la intervención francesa, un hecho sangriento en Tlalpan llevó al mariscal Forey a imponer castigos a la población, incluyendo multas, represión y amenazas contra quienes no denunciaran a los responsables.
La violencia también se reflejó en 1867, cuando fueron ejecutados personajes vinculados al imperio, como el general Tomás O’Horan, mientras que en la hacienda La Providencia fallecía el general Juan Álvarez, caudillo del Plan de Ayutla y expresidente de la República.
Entre diplomacia y símbolos
El 21 de agosto también fue escenario de gestos diplomáticos y actos de identidad. En 1874, Guatemala presentó un memorándum sobre límites territoriales con México, y años después, en 1887, Porfirio Díaz inauguró el monumento a Cuauhtémoc, acompañado de representantes de comunidades indígenas, reforzando la idea de honrar al último tlatoani mexica como símbolo nacional.
Arte, luchas y tragedias
El inicio del siglo XX trajo consigo hechos de gran peso. En 1911, la Mona Lisa fue robada del Museo del Louvre en París, aunque sería recuperada dos años más tarde. En México, las tropas de Victoriano Huerta ocupaban Yautepec en medio del conflicto con Emiliano Zapata. Un año después, Porfirio Díaz, ya en el exilio, fue testigo de maniobras militares en Alemania.
El 21 de agosto de 1916 nacería Consuelo Velázquez, pianista y compositora que regaló a México y al mundo piezas entrañables como Bésame mucho. Y en 1923 se fundaría el Club de Fútbol Necaxa, institución que más tarde sería parte de la identidad deportiva nacional.
Uno de los episodios más recordados ocurrió en 1940, cuando León Trotski murió en la Ciudad de México, tras ser herido un día antes por Ramón Mercader, agente del NKVD soviético.
Reformas y transformaciones sociales
El siglo XX también vio cómo este día se usaba para transformar estructuras. En 1944 se promulgó la Ley de Emergencia para la Campaña Nacional contra el Analfabetismo, y en 1945 se constituyó en México el Gobierno español en el exilio. Tres años más tarde, falleció Carmen Serdán, una de las revolucionarias poblanas más destacadas.
En 1958, un decreto publicado en los diarios anunció la expropiación del latifundio de Cananea, un hecho clave para el movimiento agrario y minero del país. Décadas después, en 1992, la zona Lacan-Tun, en Chiapas, sería declarada reserva de la biosfera.
El 21 de agosto de 1994, Ernesto Zedillo ganó las elecciones presidenciales de México como candidato del PRI, en un proceso que marcó la transición política de los años noventa. Y en 2014 falleció la cantante Tehua, reconocida por su voz y su compromiso con la música mexicana.
Una fecha para conmemorar
Más allá de los acontecimientos históricos, este día también se celebra el Día Nacional del Trabajo Social, una profesión dedicada al bienestar y la justicia social, y el Día Internacional de Conmemoración y Homenaje a las Víctimas del Terrorismo, que recuerda la importancia de la paz y la solidaridad.
El 21 de agosto es, en suma, una fecha que nos invita a mirar hacia atrás para entender cómo los sucesos, tanto trágicos como inspiradores, siguen influyendo en el presente.
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