El desafío del contrabando en México
La corrupción en las aduanas mexicanas ha sido por años un obstáculo para la recaudación fiscal y la seguridad económica del país. En una comparecencia ante senadores, Rafael Marín Mollinedo, director de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), reconoció que este problema persiste, aunque aseguró que los avances recientes han frenado el llamado “huachicol fiscal”.
El funcionario pidió el respaldo del Senado para aprobar la reforma a la Ley Aduanera, con el fin de aumentar las sanciones a los responsables de prácticas ilícitas y cerrar los vacíos legales que permiten el contrabando. Su mensaje fue directo: “Decirle que la mula no era arisca, la hicieron”, afirmó, en alusión a los agentes que se aprovechan de un sistema permisivo.
Historias detrás del fraude aduanal
Durante su intervención, Marín Mollinedo narró dos ejemplos que ilustran la magnitud del problema. En uno de ellos, una mercancía procedente de China, compuesta por hamacas, fue declarada con un valor de apenas dos pesos. “¿Cómo no vamos a buscar la forma de poner un correctivo para que se alineen?”, cuestionó.
En otro caso, un contenedor lleno de perfumes fue importado desde China pagando tan solo 160 pesos de impuestos. Estos ejemplos muestran el nivel de subvaluación y corrupción que permite que mercancías de alto valor ingresen al país prácticamente sin pagar aranceles.
“El huachicol fiscal ya está detenido”
El titular de la ANAM aseguró que el llamado huachicol fiscal —una práctica consistente en la evasión de impuestos por medio de declaraciones falsas o manipulación de mercancías— ha sido contenido. “Ya ahorita está detenido definitivamente el huachicol fiscal, era por las aduanas del norte y de los puertos. Lo hemos atajado y estamos pendientes”, explicó.
Afirmó que cualquier nuevo caso detectado es reportado de inmediato a la Fiscalía General de la República, que se encarga de proceder penalmente contra los implicados. Con estas acciones, el gobierno busca enviar una señal de cero tolerancia hacia la corrupción en el sistema aduanero.
Cifras que exponen la magnitud del problema
Tonatiuh Márquez, director general de Investigación Aduanal de la ANAM, presentó un panorama contundente. Hasta septiembre, existen 818 carpetas de investigación con detenidos por huachicol fiscal y 6,889 sin detenidos, además de 310 casos judicializados. Más de 326 personas están vinculadas a proceso y 78 ya fueron sentenciadas.
Márquez señaló que, de los 850 agentes aduanales activos en México, más de 45 han sido cancelados por corrupción, y al menos 30 de ellos controlaban redes completas de contrabando de hidrocarburos. “Para que se den cuenta de la magnitud del problema, no es ir en contra de un gremio”, subrayó.
Los puertos bajo sospecha
Los principales puntos de conflicto se concentran en los puertos de Pantaco, Manzanillo y Lázaro Cárdenas, donde los agentes aduanales han sido acusados de obstaculizar y colapsar las operaciones legítimas. Durante operativos de supervisión, la ANAM detectó que más del 80% de los contenedores ingresaban al país pagando menos de 50 mil pesos en impuestos, cifras que no corresponden con el valor real de las mercancías.
“Ningún contenedor en ninguna parte del mundo vale 300 o mil pesos. Se trata de una evasión descarada”, advirtió Márquez. Para los contrabandistas, explicó, resulta más rentable pagar una multa mínima y continuar operando que acatar la ley.
Reforma para endurecer sanciones y recuperar confianza
La propuesta de reforma a la Ley Aduanera busca elevar las sanciones económicas y penales contra quienes incurran en irregularidades. Con ello, la ANAM pretende no solo castigar los actos de corrupción, sino también recuperar la confianza en un sistema históricamente vulnerado por intereses privados y redes criminales.
El objetivo del gobierno, afirmó Marín Mollinedo, es garantizar que las aduanas se conviertan en un instrumento efectivo para la recaudación y la seguridad nacional, y no en un punto débil donde florecen la evasión y el contrabando.
Un sistema aduanero en transformación
El reto de limpiar las aduanas mexicanas no solo implica sanciones, sino también una transformación estructural. La ANAM trabaja en el fortalecimiento de sus mecanismos de control, la digitalización de procesos y la capacitación de personal para reducir los márgenes de discrecionalidad que facilitan la corrupción.
Para Marín Mollinedo, el cambio solo será posible si el Congreso aprueba la reforma y la sociedad respalda la vigilancia ciudadana sobre las operaciones aduaneras. “No se trata de castigar a quienes trabajan bien, sino de dar un ejemplo claro a quienes trabajan mal”, concluyó
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