Composta casera: La guía definitiva para convertir tus desechos de cocina en oro para tus plantas
No es basura, es un recurso. Cada día, los hogares en México generan miles de toneladas de residuos orgánicos que terminan en rellenos sanitarios, produciendo gas metano, un potente gas de efecto invernadero. La solución, sin embargo, está literalmente en nuestras manos y en nuestra cocina. Hacer composta es una de las acciones individuales de más alto impacto que puedes iniciar hoy mismo.
Según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), más del 50% de los residuos que generamos en casa son orgánicos. Al compostarlos, no solo evitamos que contaminen, sino que creamos un abono rico en nutrientes, completamente gratis, que revitalizará tus plantas y jardín. Olvídate del mito de que necesitas un gran patio; existen métodos para cada tipo de vivienda.
Tu primera composta: Métodos para todos los espacios
La clave es elegir el sistema que se adapte a tu vida. No hay excusas, solo opciones.
- Cubo o Bote Compostador (Ideal para Patios y Jardines): Es el método más tradicional. Puedes comprar un compostador o construir uno con palets de madera o una malla. La clave es el equilibrio.
- Capas Verdes (Nitrógeno): Restos de frutas y verduras, posos de café, cáscaras de huevo, pasto recién cortado.
- Capas Cafés (Carbono): Hojas secas, cartón de huevo, papel periódico (sin tinta de color), aserrín, ramas pequeñas.
- Proporción Mágica: La regla general es una parte de «verdes» por dos partes de «cafés». Esto evita malos olores y acelera el proceso.
- Mantenimiento: Remueve la mezcla una vez por semana para airearla y mantenla húmeda, pero no empapada (como una esponja escurrida).
- Vermicompostera (Perfecta para Apartamentos y Espacios Pequeños): Este sistema utiliza lombrices rojas californianas para procesar los desechos de forma rápida y sin olores.
- El Contenedor: Puedes comprar una vermicompostera de varios niveles o hacerla con cajas de plástico apiladas y perforadas para la ventilación y el drenaje.
- Alimento para las Lombrices: Aman los restos de vegetales y frutas. Evita cítricos en exceso, cebollas, ajos, lácteos y carnes, ya que pueden alterar el pH y atraer plagas.
- El Resultado: Obtendrás dos productos de altísimo valor: el humus de lombriz (un abono sólido considerado de los mejores del mundo) y los lixiviados (un fertilizante líquido que debes diluir en agua antes de usar).
Qué SÍ y qué NO va en la composta
Para evitar problemas, es fundamental saber qué materiales son adecuados.
- SÍ, sin dudarlo:
- Restos de frutas y verduras.
- Cáscaras de huevo trituradas.
- Filtros y posos de café.
- Bolsitas de té (sin la etiqueta ni la grapa).
- Hojas secas, ramas pequeñas, paja.
- Cartón y papel sin tratar (rasgado en pedazos).
- Servilletas de papel usadas (sin grasa).
- NO, bajo ninguna circunstancia:
- Carne, pescado o huesos.
- Productos lácteos.
- Aceites y grasas.
- Alimentos cocinados o procesados (atraen plagas).
- Heces de mascotas (pueden contener patógenos).
- Cenizas de carbón.
- Plásticos, metales o vidrio.
Empezar a compostar es un acto de rebeldía pragmática contra el desperdicio. Es tomar un «problema» –la basura– y transformarlo en una solución tangible que enriquece la tierra. Tu recibo de basura disminuirá, tus plantas prosperarán y el planeta te lo agradecerá.
CTA: ¿Qué otro hábito ecológico practicas en tu cocina? Compártelo en los comentarios.


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