En Amozoc, Puebla, la esperanza de un mejor salario se transformó en angustia. Once hombres —entre ellos un menor de edad— desaparecieron entre el 10 y 11 de agosto tras acudir a una cita laboral que prometía sueldos superiores al promedio y traslado a Jalisco.
Las similitudes en las historias alertaron a las familias: vestimenta negra, promesas de empleo rápido y la promesa de ausentarse solo unos días. Ninguno regresó.
El operativo: fuerzas federales y estatales en acción
La Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) desplegó un operativo sin precedentes en coordinación con 197 elementos de la Policía Estatal, Guardia Nacional, Ejército y Marina.
Con 42 vehículos, drones, dos blindados y un helicóptero, se recorrieron zonas urbanas, carreteras, la autopista y áreas serranas de Amozoc. Agentes distribuyeron fichas con los rostros de los desaparecidos, buscando pistas entre la ciudadanía.
Familias al límite: la exigencia de justicia
Antes del operativo, los familiares se reunieron con el alcalde Mario de la Rosa. Le exigieron que la búsqueda no quedara en manos de una sola autoridad, temiendo un posible reclutamiento forzoso del crimen organizado, fenómeno que ya ha afectado a otras regiones del país.
“Lo único que queremos es que regresen vivos”, expresó entre lágrimas la madre de uno de los desaparecidos, mientras mostraba la ficha de búsqueda de su hijo de 20 años.
Los nombres detrás de la tragedia
Los desaparecidos ya no son números: son historias interrumpidas. Entre ellos están:
- Alfredo de los Santos Quintero, 30 años
- Emmanuel Sánchez Romero, 20 años
- Misael Romero Sombrerero, 29 años
- César Eduardo González Alvarado, 17 años
- Kevin Etienne Pérez, 21 años
- Luis Fernando Priego Luna, 27 años
Cada nombre representa un vacío en hogares que hoy viven entre la incertidumbre y la esperanza.
Desapariciones en Puebla: un problema en aumento
Puebla se ha convertido en foco de desapariciones colectivas ligadas a falsas ofertas de empleo. Según organizaciones civiles, este modus operandi ha crecido en todo el país, captando principalmente a jóvenes en búsqueda de mejores oportunidades laborales.
Los expertos señalan que las redes sociales son un canal frecuente de captación, donde los anuncios prometen empleos bien pagados sin requisitos previos.


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