El lavado de dinero en casinos digitales se ha convertido en uno de los principales puntos de alerta para las autoridades mexicanas. Con el crecimiento acelerado de las plataformas de apuestas online y una regulación que tardó en actualizarse, el riesgo aumentó de forma significativa en los últimos años. El fenómeno surgió al mismo tiempo que la tecnología abrió nuevos canales para mover recursos difíciles de rastrear, creando un escenario que obligó a reforzar la vigilancia y los controles institucionales.
Lavado de dinero en casinos digitales y el cambio del riesgo en México
El auge de los casinos online permitió que miles de usuarios apostaran sin manejar efectivo directamente, lo que evitó restricciones y facilitó procesos que podían ocultar el origen de los recursos. La Unidad de Inteligencia Financiera detectó incrementos importantes en actividades inusuales y reportes antilavado, especialmente cuando los volúmenes crecieron más allá de lo esperado. Este comportamiento modificó por completo la percepción del riesgo dentro del sector.
Durante años, México clasificó al sector de juegos y apuestas como una actividad vulnerable de riesgo medio-bajo, a pesar de que el Grupo de Acción Financiera Internacional había emitido desde hace más de una década lineamientos específicos. Con la llegada del lavado de dinero en casinos digitales, las cifras comenzaron a mostrar un panorama distinto: más operaciones sospechosas, más avisos urgentes y un mayor uso de plataformas tecnológicas para mover fondos.
Actualmente operan 38 permisionarios autorizados por la Dirección General de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación, con presencia física y digital en varias regiones del país. Estas plataformas crecieron de forma acelerada durante la pandemia, cuando las casas presenciales cerraron temporalmente y las apuestas deportivas online se convirtieron en una alternativa dominante. El crecimiento digital abrió nuevas oportunidades para quienes buscaban fragmentar recursos o transferirlos entre jurisdicciones.
El mapa de riesgos actualizado por la Secretaría de Hacienda colocó al sector de juegos y apuestas en una categoría superior, elevando su nivel de alerta después de que la UIF intervino 13 casinos vinculados con operaciones sospechosas mediante transferencias internacionales, efectivo y sistemas electrónicos. Este ajuste permitió dimensionar con claridad la magnitud del problema y reconocer que el lavado de dinero en casinos digitales había escalado a un nivel crítico.
Los reportes antilavado también reflejan la evolución del fenómeno. Cuando entró en vigor la ley antilavado, los casinos enviaron solo 77 reportes. Hoy las cifras son completamente distintas: tan solo al cierre de septiembre de 2025 se generaron 351 mil 236 avisos, un aumento considerable en comparación con los 306 mil 592 registrados el año anterior. En 2024 se enviaron 405 mil 427 reportes, 42% más que en 2023, año en el que las plataformas online consolidaron su fuerza.
Las obligaciones establecidas en la ley antilavado son claras: operaciones que superan 325 UMA deben generar identificación del cliente, mientras que movimientos arriba de 645 UMA requieren un aviso antilavado. Cuando existe un riesgo mayor, se activa el aviso de “24 horas”. Estos parámetros permiten distinguir entre actividades regulares y conductas que pueden esconder el lavado de dinero en casinos digitales.
La especialista fiscalista Virginia Ríos ha señalado que el incremento de reportes está relacionado con las herramientas electrónicas de los casinos, que facilitan depósitos inmediatos, apuestas simultáneas y retiros con rastreo limitado. Estas características han hecho que los establecimientos deban demostrar su cumplimiento regulatorio y aclarar cualquier vínculo con operaciones ilícitas, como ocurre en el caso reciente de los 13 casinos bloqueados por la UIF.
Retos del juego online ante el lavado de dinero en casinos digitales
El sobre el lavado de dinero debate sobre el futuro del juego online también ha llegado a foros internacionales. En la novena Cumbre Iberoamericana del Juego, celebrada en Lima, se reconoció que las plataformas digitales operan sin depender de un territorio físico, lo que complica la supervisión y la cooperación entre países. Las apuestas deportivas, uno de los segmentos que más crecen, representan un desafío adicional debido a su alto volumen y rapidez de operación.
El riesgo internacional del lavado de dinero en casinos digitales obliga a construir nuevas formas de regulación que trasciendan fronteras y permitan coordinar la información entre jurisdicciones. La naturaleza global del juego digital exige replantear la manera en que los países comparten datos, verifican identidades y supervisan transacciones que pueden cruzar múltiples territorios en cuestión de minutos.
En México, el aumento de avisos y la intervención de la UIF han colocado el tema en el debate público. Expertos coinciden en que el riesgo puede ser controlado, pero requiere mejorar los sistemas de autenticación, fortalecer la capacitación en prevención de operaciones ilícitas y aplicar tecnologías avanzadas para rastrear movimientos electrónicos. La supervisión debe ser constante, especialmente ahora que el sector crece cada año y se vuelve más sofisticado.
La industria del juego online sigue expandiéndose, con nuevos usuarios, más plataformas y mayores flujos de dinero. Por ello, el combate al lavado de dinero en casinos digitales se ha convertido en una prioridad para asegurar la integridad del sistema financiero y la legalidad de una actividad que forma parte de la economía moderna. Los próximos años serán clave para determinar si las autoridades y la industria pueden adaptarse al ritmo de innovación que caracteriza al sector.


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