Entre enero y septiembre de 2025, Pemex reportó pérdidas por 20 mil 246 millones de pesos debido al huachicol, un aumento del 35% respecto al mismo periodo del año pasado, cuando el quebranto fue de 14 mil 972 millones.
El huachicol tradicional consiste en la sustracción de gasolina y diésel de los ductos de la empresa, mientras que el huachicol fiscal se refiere al contrabando mediante la importación de hidrocarburos con fracciones arancelarias distintas para evadir impuestos.
Según la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo), hasta uno de cada tres litros de combustible que se distribuyen en México tiene un origen ilícito, afectando tanto a Pemex como al mercado privado de gasolineras.
Impacto económico y esfuerzos de combate
El director general de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, destacó que desde la liberación del mercado en 2017 se generó un mercado negro de combustibles que ha crecido con el tiempo.
La empresa junto con la Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la ASEA y los gobiernos estatales, combate diariamente estos ilícitos, pero los resultados son limitados debido a la impunidad y la falta de herramientas tecnológicas y de protección para la infraestructura.
El huachicol fiscal, concentrado en aduanas y puertos, es más sencillo de atacar si existe voluntad política. Sin embargo, el huachicol tradicional involucra a organizaciones criminales que operan en territorios específicos, lo que dificulta su erradicación.
Los resultados trimestrales de Pemex muestran que el robo de combustibles representa casi la mitad de las pérdidas totales de la empresa en lo que va del año.


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