Un CENDI en Lindavista, CDMX, fue suspendido tras una denuncia de abuso sexual contra una bebé de casi 2 años. Descubre los detalles de este indignante caso.
La Ciudad de México se encuentra conmocionada tras la suspensión de actividades en un Centro de Desarrollo Infantil (CENDI) ubicado en la colonia Lindavista, alcaldía Gustavo A. Madero. La drástica medida se tomó luego de una denuncia formal por presunto abuso sexual cometido contra una bebé de apenas un año y 11 meses de edad, identificada como Meredith. Los padres de la menor exigen justicia y han expresado temor de que la institución intente obstruir la investigación.
La tranquilidad de la comunidad de Lindavista y de muchos padres de familia en la Ciudad de México se vio abruptamente interrumpida este martes 10 de junio de 2025, al conocerse la grave denuncia de abuso sexual en un CENDI, un lugar que debería ser sinónimo de cuidado y protección para la infancia. Según los reportes, la pequeña Meredith, de casi dos años, habría sido víctima de este terrible delito dentro de las instalaciones del centro infantil.
Fachada del CENDI (si es posible, de forma discreta y sin identificar a menores) o una imagen genérica de una guardería con un cintillo de «investigación en curso».
Como respuesta inmediata a la gravedad de la acusación, las autoridades determinaron la suspensión de actividades del CENDI Lindavista. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), entidad que a menudo supervisa o tiene convenios con estos centros, ha comunicado que se encuentra trabajando en coordinación con las autoridades competentes para llevar a cabo las investigaciones correspondientes y aseguró que «no va a permitir que este tipo de actos afecten la seguridad de niños y niñas».
Padres Denuncian Intento de Encubrimiento y Exigen «Cero Impunidad»
La angustia de los padres de Meredith se ha visto agravada por la presunta actuación de la directiva del CENDI. En declaraciones públicas, la madre de la menor ha señalado directamente a la directora del plantel, Elizabeth Salazar, de haber intentado «limpiar el plantel» y «borrar las evidencias» en las primeras horas de la mañana siguiente a la interposición de la denuncia.
«Me llegan mensajes (…) de que la directora del Sendy Elizabeth Salazar estaba citando a su personal (…) para hacer limpieza de las instalaciones y el borro de las evidencias. Yo estoy haciendo responsable a toda la guardería.» – Madre de la víctima.
Esta acusación de posible obstrucción a la justicia ha encendido aún más las alarmas y ha motivado una exigencia vehemente de «cero impunidad» por parte de los familiares y de la sociedad que sigue el caso. La crisis de confianza en las instituciones de cuidado infantil se agudiza ante la posibilidad de que quienes debían garantizar la seguridad de los menores intenten encubrir hechos tan graves. Este tipo de acusaciones, si se comprueban, podrían tener consecuencias penales adicionales para los responsables del centro.
Investigación en Marcha y Clamor por Protocolos Más Estrictos
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha iniciado las indagatorias para esclarecer los hechos, identificar al o los responsables del presunto abuso y determinar cualquier otra responsabilidad penal. Este caso pone a prueba la capacidad del sistema de justicia capitalino para actuar con celeridad, transparencia y con un enfoque centrado en la protección de la víctima.
La denuncia pública de los padres, utilizando los medios a su alcance, resulta fundamental para ejercer presión sobre las instituciones y evitar que el caso caiga en el olvido o sea manejado con opacidad. La rápida difusión de la noticia subraya el poder de la ciudadanía y los medios para demandar rendición de cuentas.
Entrevista con un psicólogo infantil sobre el impacto del abuso o con un abogado sobre el proceso legal a seguir.
Este lamentable suceso podría, y debería, desencadenar una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad, supervisión y selección de personal en todos los CENDIs y guarderías de la Ciudad de México. La sociedad espera que se tomen medidas contundentes para garantizar que estos espacios sean verdaderamente seguros para los niños y niñas, y que cualquier denuncia sea atendida con la máxima seriedad y diligencia, previniendo que tragedias como la que presuntamente vivió Meredith se repitan.


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