Martín Zazueta Pérez no solo adoptó distintos alias —Mario Alexander Gámez Cuevas y Fernando Pérez Medina—, sino que evitó cualquier aparición pública durante años. Sin embargo, su participación en el círculo de seguridad de Los Chapitos lo hizo imposible de ocultar. El 12 de agosto de 2025, el gobierno mexicano lo entregó a las autoridades estadounidenses, siendo parte de un traslado masivo de 26 presuntos criminales.
La extradición confirma la relevancia de El Piyi en operaciones violentas, consolidando su perfil dentro del crimen organizado y dejando en evidencia que incluso la discreción extrema no garantiza impunidad.
Los corridos que desenmascararon a un operador de alto riesgo
Pese a su bajo perfil, la cultura musical regional reveló pistas sobre El Piyi. La canción “La People II” de Peso Pluma, Tito Double P y Joel de la P, lanzada en marzo de 2024, narra la perspectiva de Néstor Isidro Pérez Salas, alias El Nini, quien reconocía públicamente la importancia de El Piyi dentro de la seguridad de Los Chapitos.
Los versos señalan cómo El Piyi y otros lugartenientes asumieron responsabilidades tras capturas clave, dejando al descubierto la dinámica interna de la organización y su estructura armada.
Liderazgo y violencia: la marca de El Piyi
Investigaciones del Departamento de Justicia estadounidense detallan que El Piyi dirigía sicarios equipados con armas de alto calibre, como AK-47, M16, AR-15 y lanzagranadas. Los corridos coinciden con estos hechos, mencionando incluso fusiles calibre .50 y la ametralladora FN Minimi, elementos que reforzaban su reputación de operador letal.
Las canciones también describen su apariencia: un hombre joven, con barba y gorra, casi siempre acompañado de armamento visible, creando un perfil icónico dentro del regional mexicano.
La relación entre El Piyi, El Nini y El 27
Casi todos los corridos que aluden a El Piyi también mencionan a El Nini y El 27, reflejando la coordinación entre estos tres lugartenientes en la seguridad de Los Chapitos. Tras la captura de sus líderes, asumieron la dirección de la célula conocida como Los Ninis, brazo armado que operaba para los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El storytelling de los corridos permite reconstruir la jerarquía y el modus operandi de la organización, mostrando cómo la música regional, inadvertidamente, se convierte en testimonio histórico del crimen organizado.
Corridos y la exposición mediática de la criminalidad
Aunque El Piyi no contaba con un amplio repertorio de corridos, los pocos existentes, interpretados por bandas consolidadas y artistas emergentes, contribuyeron a revelar información crítica sobre sus operaciones. Las letras narran enfrentamientos armados, patrullajes y la protección de figuras clave de la Chapiza, consolidando un retrato tanto delictivo como cultural.
La exposición musical muestra cómo, incluso sin medios tradicionales, la identidad de figuras criminales puede filtrarse y documentarse de manera indirecta.


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