El pasado 14 de agosto de 2025, Abigael González Valencia, conocido como “El Cuini”, llegó a Estados Unidos tras una extradición que incluyó a 26 presuntos criminales vinculados al crimen organizado mexicano. La llegada fue confirmada por la DEA y su administrador Terrance Cole, dejando ver el alcance internacional de la ofensiva contra el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Las primeras imágenes del traslado mostraban a González Valencia esposado y escoltado por agentes federales, un símbolo del peso de su rol en el tráfico de drogas y lavado de dinero a nivel global.
Posible acuerdo de culpabilidad retrasa la audiencia
El proceso legal de “El Cuini” ha dado un giro inesperado. La defensa, liderada por Robert Feiti, y representantes de la fiscalía estadounidense, Margaret Moeser y Kaitlin Sahni, solicitaron posponer la audiencia ante la Corte del Distrito de Columbia hasta enero de 2026.
Según documentos presentados el 22 de octubre, la decisión se basa en la necesidad de revisar la voluminosa evidencia presentada por el gobierno y concluir posibles negociaciones de un acuerdo de culpabilidad. Esto permite a las partes explorar soluciones antes de un eventual juicio.
Los delitos que enfrenta “El Cuini”
González Valencia, considerado el cerebro financiero de Los Cuinis, enfrenta cargos de narcotráfico, lavado de dinero y delincuencia organizada. Su implicación en una red internacional de tráfico de drogas le coloca en la mira de las autoridades estadounidenses, pudiendo recibir cadena perpetua de ser declarado culpable.
Su facción, Los Cuinis, actuaba como el brazo financiero del CJNG y tenía presencia en países como Colombia, Brasil, China y varios europeos, consolidando al cártel como uno de los más poderosos del mundo.
Impacto en la lucha contra el CJNG
La extradición y el proceso judicial de “El Cuini” representan un golpe directo a la estructura financiera del CJNG, debilitando su capacidad de operar a nivel internacional. Las negociaciones abiertas en Estados Unidos reflejan tanto la complejidad del caso como la estrategia de la fiscalía para lograr resoluciones efectivas.
El caso continúa siendo monitoreado por expertos en seguridad y medios internacionales, mientras la justicia estadounidense evalúa las opciones para garantizar que la ley se cumpla frente a uno de los criminales más buscados del narcotráfico mexicano.


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