Cuando los migrantes cruzan la frontera hacia Estados Unidos, lo hacen impulsados por el sueño de una vida mejor. Sin embargo, muchos no imaginan que el verdadero peligro puede comenzar al regresar a México.
El titular de la Dirección de Atención al Migrante del gobierno de Hidalgo, Manuel Aranda Montero, denunció que decenas de mexicanos deportados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) son secuestrados apenas pisan suelo nacional, especialmente en Tijuana, Baja California, y Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde operan bandas dedicadas a extorsionar a sus familias.
Según el funcionario, los criminales exigen entre 4 mil y 10 mil dólares —de 76 mil a 191 mil pesos— a cambio de no hacerles daño o bajo la promesa de volver a cruzarlos hacia Estados Unidos.
El caso del joven hidalguense: un viaje al infierno y de regreso
Entre las historias más alarmantes se encuentra la de un joven de 17 años del Valle del Mezquital, quien fue deportado tras un intento fallido de cruce marítimo hacia California. Después de ser rescatado por la Guardia Costera estadounidense, fue entregado al ICE y posteriormente repatriado a Tijuana.
Al llegar a un albergue del DIF, un hombre que fingía ser su tío intentó llevárselo, habiendo obtenido misteriosamente sus datos personales. Gracias a la intervención de las autoridades de Hidalgo y a la rápida reacción de su madre, el intento de secuestro fue frustrado.
“Estos criminales actúan con información precisa y engaños calculados. No es casualidad: hay redes que operan en los puntos fronterizos”, señaló Aranda.
Nuevo Laredo, un punto crítico para los migrantes deportados
En el puerto fronterizo de Nuevo Laredo, las historias se repiten con escalofriante frecuencia. Migrantes que llegan con la esperanza de volver a casa son engañados por falsos transportistas que les ofrecen llevarlos a albergues.
Una vez a bordo de las camionetas, son entregados a “polleros” o grupos criminales, quienes realizan videollamadas a las familias mostrando a los migrantes vivos, solo para exigir pagos inmediatos por su liberación.
Uno de los casos más recientes involucró a un labriego hidalguense cuya familia recibió llamadas de dos supuestos secuestradores que se disputaban el “rescate”. Las amenazas incluyeron tortura y asesinato, exigiendo sumas que superaban los 10 mil dólares.
Programas de apoyo y llamado urgente del gobierno de Hidalgo
Ante la gravedad del problema, la Dirección de Apoyo al Migrante de Hidalgo busca firmar un acuerdo con Tamaulipas para reforzar la protección de los connacionales deportados y evitar nuevos secuestros.
Además, el gobierno estatal ha comenzado programas para impulsar microempresas familiares, con el objetivo de ofrecer alternativas económicas que disuadan a los jóvenes de arriesgar sus vidas en el intento por alcanzar el llamado “Sueño Americano”.
“Queremos que se queden, que encuentren aquí oportunidades reales. Ningún sueño vale una vida”, enfatizó Aranda.


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