El Gobierno de México y el Departamento de Justicia de Estados Unidos llevaron a cabo una de las extradiciones más grandes de los últimos años, entregando a 26 líderes y operadores de alto perfil vinculados a distintos cárteles. La operación, realizada el 12 de agosto de 2025, es parte de la estrategia conjunta para combatir el narcotráfico, el tráfico de personas y delitos violentos.
El acuerdo incluyó un compromiso clave por parte de Washington: ninguno de los acusados será sentenciado a pena de muerte, en respeto a la legislación mexicana y a los tratados internacionales firmados por ambos países.
Una operación bajo protocolos estrictos
Según la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), todos los reclusos contaban con órdenes de extradición vigentes. El traslado se realizó con altos protocolos de seguridad, evitando filtraciones y posibles intentos de rescate.
Las autoridades mexicanas señalaron que esta entrega masiva demuestra el nivel de coordinación judicial y policial alcanzado con Estados Unidos, especialmente en casos que involucran cárteles de alcance transnacional.
Los nombres más notorios de la lista
El listado revelado por el Departamento de Justicia incluye figuras de peso dentro del Cártel de Sinaloa, CJNG, Los Zetas, Los Caballeros Templarios, Los Rusos y el Cártel de Tijuana, entre otros. Entre ellos destacan:
- Abigael González Valencia, “Cuini”: líder financiero de Los Cuinis y cuñado de El Mencho.
- Kevin Gil Acosta, “El 200” y Martín Zazueta Pérez: operadores de la facción de Los Chapitos.
- Leobardo García Corrales, “Leo”: socio cercano de El Chapo Guzmán.
- Juan Carlos Félix Gastelum, “El Chavo Félix”: yerno de Ismael “El Mayo” Zambada.
- Pablo Edwin Huerta Nuño, “El Flaquito”: figura clave del Cártel de los Arellano Félix.
- Enrique Arballo Talamantes, “El Junior”: vinculado con homicidios y buscado por la DEA.
- Daniel Pérez Rojas, “El Cachetes”: exlíder de Los Zetas.
- Servando Gómez Martínez, “La Tuta”: máximo líder de Los Caballeros Templarios.
La lista también incluye operadores logísticos, cocineros de fentanilo, pilotos y presuntos responsables de secuestros y homicidios en ambos países.
Del narcotráfico al tráfico de personas
No todos los extraditados estaban vinculados exclusivamente con drogas. Por ejemplo, Abdul Karim Conteh, ciudadano de Sierra Leona, es acusado de encabezar una red de tráfico de migrantes desde México hacia Estados Unidos.
Otro caso particular es el de Antón Petrov Kulkin, médico búlgaro señalado como experto en la producción de fentanilo en Baja California, una droga sintética que ha provocado una crisis de salud pública en EE.UU.
Impacto en los cárteles mexicanos
Aunque esta extradición representa un golpe mediático y judicial, expertos advierten que los vacíos de liderazgo suelen llenarse rápidamente en las estructuras criminales. La captura y envío de líderes a otro país no siempre implica el desmantelamiento total de sus operaciones.
En el caso del Cártel de Sinaloa, varios de los enviados eran piezas cercanas a Los Chapitos y Los Mayos, lo que podría generar ajustes internos o incluso nuevos conflictos por el control de rutas y territorios.
El CJNG también pierde a uno de sus pilares financieros, pero la organización ha demostrado una capacidad de sustitución rápida.
El compromiso bilateral y los próximos pasos
El Departamento de Justicia de EE.UU. llevará a cabo juicios por delitos que incluyen tráfico de drogas, conspiración para importar sustancias controladas, lavado de dinero, homicidio y secuestro.
En México, el Gobierno considera que este tipo de acciones fortalecen la relación bilateral en materia de justicia y seguridad, aunque organizaciones civiles insisten en que también debe haber procesos internos que garanticen justicia a las víctimas en territorio nacional.
Una señal política y judicial
Más allá del impacto directo en las operaciones criminales, la extradición de estos 26 individuos envía un mensaje político contundente: México está dispuesto a colaborar estrechamente con Estados Unidos para enfrentar a las redes delictivas más peligrosas del continente.
Esta acción se suma a otros esfuerzos como el intercambio de inteligencia, operativos conjuntos y el congelamiento de cuentas bancarias vinculadas a criminales de alto perfil.


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