El golpe judicial contra la Unión Tepito
En un tribunal capitalino, tras más de cinco horas de audiencia, la figura de Irving Herrera, alias El Irving, se enfrentó a la justicia. El juez de control del Tribunal Superior de Justicia lo vinculó a proceso por cohecho, delitos contra la salud y portación de arma de fuego. A su lado estaba su pareja, María N, acusada por posesión de drogas y portación ilegal de arma. La tensión en la sala reflejaba el peso de los cargos y el simbolismo de tener a uno de los líderes más visibles de la Unión Tepito frente a la ley.
Prisión preventiva en dos reclusorios distintos
El juez determinó prisión preventiva justificada para ambos. El Irving fue enviado al Reclusorio Norte, mientras que María N quedó internada en Santa Martha Acatitla. Con un plazo de tres meses para el cierre de la investigación complementaria, el proceso promete abrir nuevas aristas en torno a las operaciones del grupo delictivo. La portación de armas quedó en manos del fuero federal, lo que agrega un componente adicional al caso.
La captura en Peralvillo
El 15 de septiembre, agentes de inteligencia de la policía capitalina montaron un operativo en la colonia Peralvillo. Allí cayó El Irving, acompañado de una mujer de origen colombiano. En el momento de su detención se les decomisó un arma de fuego y varias dosis de droga, pruebas que reforzaron la decisión judicial de mantenerlos en prisión. El operativo representó un nuevo golpe a las redes del crimen organizado en la Ciudad de México.
El impacto de la detención en Tepito
La Unión Tepito ha sido uno de los grupos criminales más influyentes en la capital, con operaciones que van desde la venta de drogas hasta el control de giros negros y extorsiones. La caída de uno de sus líderes puede generar reacomodos internos, disputas por el control y posibles represalias. Para las autoridades, el caso representa una oportunidad de mostrar avances en la lucha contra la delincuencia organizada en la CDMX.
La lucha contra la delincuencia organizada en la CDMX
La captura de El Irving no solo es un golpe mediático, sino un reflejo de la estrategia de seguridad que busca desarticular a los principales cabecillas del crimen organizado. Sin embargo, expertos advierten que las detenciones aisladas no son suficientes para erradicar la estructura criminal. El seguimiento judicial, la investigación financiera y la coordinación entre autoridades locales y federales serán clave para frenar el poder de la Unión Tepito.


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