En un conmovedor video publicado en sus redes sociales, Xóchitl Gálvez, exsenadora y excandidata presidencial, solicitó que se investigue una alarmante red de explotación sexual que afecta a mujeres indígenas en Chiapas. La denuncia recae sobre el Cártel San Juan Chamula, un grupo criminal que ha sido vinculado a múltiples crímenes en la región, incluidos el narcotráfico, la trata de personas y la producción y distribución de pornografía con mujeres de la comunidad Tzotzil.
La revelación sobre el Cártel San Juan Chamula
El Cártel San Juan Chamula, que opera principalmente en los municipios chiapanecos del sureste mexicano, se ha convertido en un flagelo para las comunidades indígenas. Según investigaciones previas, este cártel surgió tras la caída de Los Zetas, y rápidamente tomó control de diversas actividades ilícitas en la región, como el tráfico de drogas, migrantes y armas, además de estar vinculado con la trata de personas.
La denuncia de Gálvez resalta la extensión de la violencia y la explotación hacia mujeres Tzotzil, quienes se encuentran en una situación de vulnerabilidad extrema. La exlegisladora expresó su alarma al descubrir la producción de material pornográfico en el que se ven involucradas mujeres de todas las edades. Este hallazgo ha causado un profundo impacto en la sociedad, no solo por la naturaleza de los crímenes, sino también por el sufrimiento que estas mujeres enfrentan en su comunidad.
El llamado a la acción: investigación y sanción
Xóchitl Gálvez no solo denunció la situación, sino que también hizo un urgente llamado a las autoridades responsables para que se inicie una investigación profunda. En su mensaje dirigido a la Secretaría de las Mujeres, encabezada por Citlali Hernández, y al gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez, instó a que se tomen medidas concretas para desmantelar este círculo de explotación y castigar a los responsables. «Aquí es donde aplica el ‘llegamos todas’, no en el discurso, sino en los hechos», subrayó Gálvez, recordando que la lucha por los derechos de las mujeres debe ser tangible y efectiva.
Además, Gálvez destacó la importancia de no permitir que estos crímenes queden impunes, pues afecta no solo la integridad de las víctimas, sino también la seguridad y bienestar de toda la comunidad indígena Tzotzil.
El contexto histórico del Cártel San Juan Chamula
La formación del Cártel San Juan Chamula se remonta a la caída de Los Zetas, que dejaron un vacío de poder en Chiapas y otras regiones del sur de México. Aprovechando la falta de control y la inestabilidad en la región, el cártel se infiltró en diversas actividades ilegales, incluida la trata de personas, el tráfico de armas y migrantes, y la venta de drogas. A lo largo de los años, el grupo se ha fortalecido, aprovechando las redes sociales para operar y difundir material ilegal, como la pornografía con mujeres indígenas.
Los miembros del cártel son conocidos por su vínculo con diversas comunidades indígenas, lo que les ha permitido operar con relativa impunidad. Uno de los puntos más críticos es la explotación de las mujeres, quienes, debido a su aislamiento geográfico y social, se convierten en objetivos fáciles para la trata y la explotación sexual.
La urgencia de una respuesta institucional
La denuncia de Xóchitl Gálvez llega en un momento crucial, cuando la violencia y el crimen organizado han alcanzado niveles alarmantes en muchas regiones de México. Si bien el gobierno de Chiapas y las autoridades federales han tomado medidas en el pasado para frenar los cárteles de la droga, la explotación sexual de mujeres indígenas requiere de una respuesta más específica y centrada en la protección de este sector vulnerable.
Es necesario que se fortalezcan los esfuerzos para combatir la violencia de género en todas sus formas, especialmente en las comunidades indígenas, que históricamente han sido olvidadas por las políticas públicas. La participación de las autoridades locales, federales y la sociedad civil es clave para erradicar este tipo de crímenes y garantizar que las víctimas reciban la justicia que merecen.
Un llamado a la justicia
La denuncia de Xóchitl Gálvez es una llamada de atención para todas las autoridades involucradas en la lucha contra la violencia de género y el crimen organizado en México. La explotación sexual de mujeres indígenas no puede seguir siendo ignorada, y es urgente que se tomen medidas concretas para investigar y desmantelar las redes criminales que operan en Chiapas.
Este caso pone de manifiesto la necesidad de una colaboración más estrecha entre las autoridades federales y locales para abordar los problemas específicos que enfrentan las comunidades indígenas, y garantizar su seguridad y bienestar. Es tiempo de que el discurso sobre la igualdad de género se convierta en una acción real que proteja a las mujeres más vulnerables del país.
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