sábado, diciembre 20, 2025

¿Transición presidencial o Maximato? El reto de México en el poder ejecutivo

Transición de poder en México

La sociedad humana vive en la intersección de dos mundos: la naturaleza, donde las leyes son inmutables, y la cultura, donde las normas sociales y jurídicas son construcciones humanas. Estas últimas, al depender de la voluntad, pueden ser desobedecidas, requiriendo mecanismos de sanción y compensación.

Entre las normas sociales no escritas se encuentra una expectativa ética clave: que los titulares de altos cargos públicos ejerzan plenamente sus funciones. Este principio es crucial en las transiciones del poder ejecutivo, donde la continuidad y estabilidad dependen de que los nuevos líderes asuman su responsabilidad con independencia.

Los altibajos en las transiciones presidenciales de México

La historia reciente de México ofrece ejemplos de transiciones de poder tanto exitosas como conflictivas. Entre las más notables se encuentran las transferencias fluidas de mando entre presidentes como Ruiz Cortines y López Mateos, que fortalecieron las instituciones, y los episodios más tensos, como el Maximato de Plutarco Elías Calles (1928-1934).

Durante el Maximato, tres presidentes sucesivos (Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez) actuaron bajo la sombra de Calles, quien ejercía el poder real como “Jefe Máximo”. Este periodo evidenció cómo un liderazgo informal puede socavar la autoridad institucional y dañar la credibilidad del gobierno.

¿Un Maximato contemporáneo?

Hoy en día, la pregunta es si México podría estar enfrentando una nueva versión de esta figura. La influencia de exmandatarios en decisiones clave y en la conducción de políticas públicas plantea dudas sobre la independencia del liderazgo actual.

Las transiciones exitosas en el pasado también ofrecen lecciones valiosas. Por ejemplo, Lázaro Cárdenas, tras dos años de tensiones con Calles, consolidó su liderazgo al exiliarlo en 1936, marcando el fin del Maximato y devolviendo la autoridad plena al presidente en funciones.

El desafío del presente: Independencia institucional

El principal reto actual no es solo garantizar una transición formal, sino también asegurar que el liderazgo presidencial sea plenamente autónomo. Una estructura de gobierno sometida a intereses externos o internos no oficiales puede debilitar las instituciones y abrir la puerta a crisis políticas y sociales.

El ejercicio del poder requiere no solo legitimidad democrática, sino también un compromiso ético con el mandato popular y las leyes. Cualquier esquema que diluya esta responsabilidad en figuras externas o paralelas amenaza con deslegitimar el propio sistema político.

¿Qué necesita México?

El futuro político de México dependerá de cómo se resuelvan las tensiones entre el liderazgo institucional y las influencias externas. La historia muestra que los gobiernos más estables son aquellos que respetan las normas jurídicas y consolidan la figura presidencial como eje central del poder.

Si México logra evitar las tentaciones de un nuevo Maximato y refuerza sus instituciones, se abrirá camino hacia una democracia más sólida y duradera.

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Paloma Franco
Paloma Franco
Paloma Franco es una editora web de gran experiencia y una autoridad en temas de México y Economía. Su amplia trayectoria en periodismo investigativo y su habilidad para crear contenido digital confiable y relevante son fundamentales para la veracidad de nuestras publicaciones. Su profundo conocimiento económico y su compromiso con la investigación periodística garantizan la máxima fiabilidad de la información.
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