Sheinbaum y Trump: Vecinos distantes en un complejo escenario bilateral
La histórica relación entre México y Estados Unidos siempre ha sido un tira y afloja de tensiones y alianzas. El libro Vecinos distantes de Alan Riding, publicado en 1985, marcó un esfuerzo pionero para comprender las profundas diferencias culturales y políticas que separan a estos dos países. Hoy, esa complejidad resurge en un nuevo capítulo con la reciente conversación entre Claudia Sheinbaum, presidenta de México, y Donald Trump, quien regresa como presidente de Estados Unidos. Esta relación promete ser particularmente tensa, con una agenda de presión que pondrá a México en una posición estratégica y desafiante.
Una relación de contrastes: Sheinbaum y Trump, opuestos en todo sentido
En esta historia, Sheinbaum y Trump son la antítesis uno del otro. Mientras ella representa valores progresistas con una educación en la Universidad de California y un enfoque de políticas inclusivas, Trump se ha destacado por sus políticas conservadoras, a menudo extremas, y su retórica agresiva hacia México. La diferencia es clara en todos los frentes, desde su enfoque a la migración hasta su visión de cooperación bilateral.
En su primera conversación, Sheinbaum describió el diálogo como “cordial”. Sin embargo, la historia indica que detrás de esa cordialidad puede esconderse una relación llena de desencuentros. Trump ha dejado claro que retomará políticas migratorias duras, como la continuación del muro fronterizo y el posible endurecimiento de los requisitos para visas y asilo.
El regreso de un Trump duro: Proyecto 2025 y la amenaza de aranceles
Durante su campaña, Trump mostró apoyo al Proyecto 2025, una hoja de ruta propuesta por la Fundación Heritage. Este documento, lleno de medidas de corte ultraconservador, busca reestructurar el sistema migratorio de Estados Unidos, incluyendo redadas masivas, detenciones y deportaciones aceleradas de migrantes indocumentados. Estos planes no solo apuntan a reducir la inmigración, sino que también afectan directamente a México, que históricamente ha sido el lugar de paso para miles de personas que buscan asilo en Estados Unidos.
En el pasado, Trump ya había usado la amenaza de aranceles para presionar a México en temas migratorios. Con el Congreso de mayoría republicana, el respaldo de los legisladores a sus políticas se vuelve casi seguro, incrementando la posibilidad de aplicar aranceles si México no se ajusta a las demandas de control migratorio.
La “mano dura” en la frontera: muros, deportaciones y el retorno del programa “Permanecer en México”
Entre las primeras promesas de Trump para su segundo mandato está la de reforzar el muro fronterizo y reinstaurar el programa “Permanecer en México”, que obligaría a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras se procesan sus casos en Estados Unidos. Este programa ya fue implementado parcialmente durante el gobierno de López Obrador, convirtiendo a México en una especie de “sala de espera” para miles de migrantes.
Impacto en México:
Si bien esta política busca reducir el flujo migratorio hacia Estados Unidos, también representa una carga para México, que enfrentaría presiones para ofrecer recursos y seguridad a los migrantes que quedan varados en su territorio. Además, los centros de detención propuestos en el Proyecto 2025 generan una gran preocupación, ya que, en la práctica, podrían desbordar la capacidad de las instituciones mexicanas para gestionar esta crisis humanitaria.
El peso del comercio: ¿Podría México usar el TMEC como carta de negociación?
La relación comercial entre México y Estados Unidos, fortalecida por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), podría ser una herramienta importante para México en su intento de frenar algunas de las políticas más duras de Trump. Sin embargo, aunque el TMEC establece compromisos comerciales que benefician a ambos países, Trump ha demostrado en el pasado que no teme desafiar acuerdos previos para perseguir sus intereses políticos.
Estrategia de Sheinbaum:
En lugar de un enfoque únicamente defensivo, Sheinbaum puede considerar tejer alianzas con el sector privado estadounidense, cuya economía está fuertemente ligada a las exportaciones mexicanas. Las empresas estadounidenses que dependen de los productos e insumos mexicanos podrían ser aliados clave para presionar al Congreso de Estados Unidos y evitar medidas comerciales extremas.
Una agenda migratoria que podría impactar la economía estadounidense
Aunque Trump plantea la deportación masiva de migrantes, la economía estadounidense depende en gran medida de la mano de obra extranjera, especialmente en sectores como la agricultura, la construcción y los servicios. De hecho, un 40% de la fuerza laboral en estos sectores es extranjera. Esta dependencia podría convertirse en un obstáculo para Trump, ya que la implementación de una política migratoria tan dura afectaría negativamente a varias industrias que dependen de la mano de obra mexicana.
¿Estará Sheinbaum lista para enfrentar el desafío?
Sheinbaum enfrenta el reto de encontrar un equilibrio entre defender la soberanía de México y mantener una relación funcional con un presidente que ha sido abiertamente crítico de su país. Las próximas semanas serán cruciales para que su gobierno diseñe una estrategia sólida y proactiva para enfrentar el regreso de Trump. La clave estará en anticiparse a sus políticas, forjar alianzas estratégicas y consolidar una postura firme en defensa de los derechos de los migrantes y la estabilidad económica del país.
La amenaza está sobre la mesa, y aunque el primer contacto fue cordial, México debe prepararse para una relación compleja y probablemente tensa con su vecino del norte.
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