El reciente acuerdo entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente Donald Trump para pausar la aplicación de aranceles del 25% a productos mexicanos es un respiro para la economía nacional, pero también marca el inicio de una relación bilateral llena de desafíos y presiones políticas.
Mientras Trump aprovecha el tema para reforzar su imagen ante su electorado, Sheinbaum enfrenta uno de los mayores retos diplomáticos y de seguridad para México: la exigencia de Estados Unidos para combatir el tráfico de fentanilo y frenar la migración masiva.
Pero este no es un simple acuerdo comercial. Es una prueba de fuego para la relación México-EE.UU. en los próximos cuatro años y una oportunidad para redefinir el papel de México en la región.
El desafío del fentanilo: lo que México no hizo en seis años
Uno de los puntos clave en la negociación fue el compromiso de México para combatir el tráfico de fentanilo, una crisis de salud pública que cobra más de 200 vidas diarias en EE.UU.
Sin embargo, en el sexenio pasado no hubo una estrategia clara para detener este problema. La política de «abrazos, no balazos» permitió que el crimen organizado expandiera su control territorial y fortaleciera sus redes de distribución de drogas.
Ahora, Sheinbaum tiene menos de un mes para demostrar que su gobierno actuará con firmeza. Esto implica:
- Fortalecer las investigaciones sobre el tráfico de precursores químicos.
- Aumentar la coordinación con EE.UU. en operativos contra el crimen organizado.
- Combatir la corrupción en aduanas y puertos, puntos clave de entrada del fentanilo.
Si México no muestra resultados concretos, Trump podría retomar la amenaza de aranceles o, incluso, aumentar la presión para que EE.UU. intervenga directamente en territorio mexicano con acciones militares o sanciones económicas.
Trump y la presión política: la nueva realidad para México
El acuerdo logrado entre Sheinbaum y Trump no significa que las tensiones hayan desaparecido.
El presidente estadounidense ha dejado claro que su estrategia con México será de presión constante, amagos y exigencias. Esta vez, logró que el gobierno mexicano enviara 10,000 elementos de la Guardia Nacional a la frontera para frenar el flujo migratorio, lo que ahora presume como un logro de su administración.
Pero, ¿qué sigue?
- Más exigencias para que México actúe como muro de contención migratoria.
- Presión para que el gobierno mexicano acepte medidas más agresivas en seguridad.
- Posible renegociación del T-MEC bajo términos menos favorables para México.
Sheinbaum deberá demostrar habilidad diplomática y firmeza para no ceder ante cada amenaza de Trump, sin poner en riesgo la relación comercial con EE.UU.
Tráfico de armas: el compromiso que EE.UU. debe cumplir
Uno de los puntos positivos del acuerdo fue el compromiso de Estados Unidos para frenar el tráfico de armas a México. Actualmente, el 70% de los homicidios en el país se cometen con armas provenientes de EE.UU., muchas de ellas adquiridas de manera ilegal en tiendas estadounidenses.
Este compromiso es clave para mejorar la seguridad en México, pero también representa un reto:
- Exigir a EE.UU. un control más estricto en la venta de armas en la frontera.
- Mejorar la cooperación bilateral en operativos contra el tráfico de armamento.
- Garantizar que las armas decomisadas en México se rastreen hasta su origen en EE.UU.
Si bien este acuerdo es un paso adelante, la verdadera prueba será si EE.UU. cumple con su parte o si este compromiso se queda en una simple declaración sin acciones concretas.
México ante la oportunidad de redefinir su seguridad
Este nuevo panorama internacional coloca a Sheinbaum ante una oportunidad histórica: demostrar que su gobierno puede romper con la sombra de AMLO y tomar decisiones más estratégicas para garantizar la seguridad nacional.
Las claves para el éxito serán:
- Visión de Estado: México debe entender que la crisis del fentanilo y la migración son problemas compartidos y requieren soluciones bilaterales.
- Fortalecer las instituciones: Es necesario invertir en inteligencia, investigación y coordinación policial para atacar las estructuras criminales desde la raíz.
- Recuperar la confianza de EE.UU.: El gobierno mexicano necesita mostrar resultados reales y no solo medidas superficiales para calmar las presiones de Trump.
- Evitar dobles discursos: México debe actuar con transparencia y sin caer en nacionalismos innecesarios que podrían deteriorar aún más la relación bilateral.
Entre la presión y la oportunidad
El acuerdo entre Sheinbaum y Trump es solo el inicio de una nueva era en la relación México-EE.UU..
Si bien el gobierno mexicano ha evitado una crisis económica inmediata, la realidad es que la presión continuará.
México tiene la oportunidad de aprovechar la situación para fortalecer su seguridad, mejorar su cooperación con EE.UU. y garantizar una relación más equilibrada.
Sin embargo, la gran pregunta sigue en el aire: ¿Sheinbaum podrá resistir la presión de Trump sin ceder en exceso?
El futuro de la relación bilateral dependerá de las decisiones que tome en los próximos meses.
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