En un momento crítico para el comercio global, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo sostuvo su novena llamada telefónica con Donald Trump, presidente de Estados Unidos, en la que lograron una prórroga de 90 días para el pago de aranceles a todas las importaciones. La conversación ocurrió apenas un día antes de que la nueva política arancelaria entrara en vigor a nivel mundial.
La mandataria informó esta mañana, durante su conferencia habitual, que la llamada tuvo una duración aproximada de 40 minutos. Estuvo acompañada por los secretarios Juan Ramón de la Fuente (Relaciones Exteriores), Marcelo Ebrard (Economía) y Roberto Velasco (Subsecretario para América del Norte).
“Cabeza fría y respeto”: la fórmula Sheinbaum para Trump
Ante los cuestionamientos sobre cómo es negociar con Trump, un líder conocido por su estilo firme y confrontativo, Sheinbaum respondió con serenidad:
“Lo importante es no confrontar, defender nuestros principios y buscar distintas salidas. Trump nos respeta porque nosotros también lo respetamos como vecinos electos por nuestros pueblos.”
La presidenta dejó claro que su estrategia se basa en la firmeza de principios, el temple emocional y la búsqueda de soluciones creativas, evitando caer en provocaciones o conflictos innecesarios.
“Funcionó nuestra estrategia de cabeza fría, temple y firmeza.”
México, en ventaja dentro del nuevo orden comercial mundial
Sheinbaum no dudó en destacar que, gracias a esta estrategia, México mantiene el mejor acuerdo posible con Estados Unidos, incluso frente al contexto de transformación global.
“Realmente México sigue siendo hoy, dentro de este nuevo orden comercial mundial, la mejor opción para invertir.”
Con estas declaraciones, la presidenta subrayó la estabilidad y competitividad del país como destino para negocios internacionales, a pesar de los retos impuestos por la política arancelaria de Estados Unidos.
Nueve llamadas, cero reuniones presenciales
Aunque han mantenido nueve conversaciones telefónicas, Sheinbaum y Trump aún no se han reunido en persona. La última oportunidad fue durante la Cumbre del G7 en Canadá, en junio pasado, donde se esperaba un encuentro bilateral. Sin embargo, Trump abandonó el evento un día antes de la llegada de Sheinbaum.
A pesar de ello, la mandataria ha reiterado que la comunicación con el líder estadounidense ha sido constante, especialmente en temas sensibles como la migración, el narcotráfico y los aranceles.
Firmeza sin confrontación
La narrativa que impulsa Sheinbaum marca un cambio en el enfoque de la política exterior mexicana. Se trata de una diplomacia basada en el respeto mutuo, el diálogo estratégico y la defensa soberana de los principios nacionales, incluso frente a líderes tan complejos como Donald Trump.
Con ello, México no solo evita tensiones innecesarias, sino que logra condiciones favorables en escenarios globales adversos. Una jugada política que, hasta ahora, parece estar dando frutos.


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