El eco de la reforma judicial volvió a resonar en Palacio Nacional. La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que desde el Poder Ejecutivo se propuso una nueva redacción al artículo transitorio de la ley de amparo, buscando evitar cualquier confusión que pudiera interpretarse como una aplicación retroactiva de la norma.
La iniciativa, que generó debate entre juristas y legisladores, fue diseñada para modernizar los procedimientos judiciales. Sin embargo, un fragmento ambiguo del texto provocó dudas sobre su alcance temporal, lo que encendió alertas en el Poder Judicial y en sectores académicos.
La confusión del transitorio y la ruta de corrección
El punto de controversia radica en un transitorio cuya redacción original podría interpretarse como aplicable a procesos judiciales ya iniciados, lo que contravendría principios básicos de legalidad.
Sheinbaum explicó que existen dos vías para subsanar el error: una fe de erratas emitida por el Senado o una corrección directa en la Cámara de Diputados, devolviendo el texto a la cámara alta. Finalmente, el Ejecutivo optó por esta segunda opción, considerada más transparente y formal.
Este ajuste, aunque técnico, simboliza el compromiso del nuevo gobierno con la claridad jurídica y la estabilidad institucional, evitando malinterpretaciones que pudieran debilitar la confianza en las reformas.
La visión de Sheinbaum: fortalecer el Estado de derecho
En su declaración, la presidenta subrayó que toda reforma judicial debe reforzar la certidumbre, no generar incertidumbre. La claridad en la ley es, dijo, un pilar para el Estado de derecho.
La mandataria enfatizó que, conforme a la jurisprudencia vigente, cuando se modifica una norma que regula los juicios, la ley anterior sigue aplicándose a los procesos en curso, y las nuevas disposiciones solo operan en etapas posteriores.
Este principio evita violaciones al debido proceso y garantiza que los cambios legales no afecten retroactivamente los derechos de las partes involucradas.
Transparencia legislativa y colaboración entre poderes
El episodio ilustra la nueva dinámica entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Bajo el liderazgo de Sheinbaum, se busca mayor coordinación para que las reformas sean entendibles, aplicables y respetuosas del marco constitucional.
En un contexto donde la confianza ciudadana en la justicia es clave, esta corrección podría convertirse en un precedente positivo: un ejemplo de cómo las instituciones pueden corregirse a tiempo sin erosionar la estabilidad política ni jurídica del país.
Un paso hacia la modernización legal
Más allá de la polémica, el ajuste al transitorio marca un paso hacia la modernización del sistema judicial mexicano. Sheinbaum apuesta por leyes comprensibles, procedimientos claros y reformas que fortalezcan la legitimidad institucional.
En un país donde la interpretación jurídica puede definir el rumbo de la justicia, la precisión no es un detalle menor: es la diferencia entre la confianza y la incertidumbre.


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