En medio de crecientes tensiones diplomáticas, la presidenta Claudia Sheinbaum descartó categóricamente que exista alguna investigación en México que vincule al presidente venezolano, Nicolás Maduro, con el Cártel de Sinaloa, tal como lo afirmó recientemente el gobierno de Estados Unidos.
Desde Palacio Nacional, Sheinbaum se mostró firme y directa:
“Es la primera vez que oímos ese tema. No hay ninguna, de parte de México, ninguna investigación que tenga que ver con eso, nada. Como siempre decimos: si tienen alguna prueba, que la muestren.”
Sus declaraciones surgen luego de que el Departamento de Estado de Estados Unidos anunciara el aumento de la recompensa por la captura de Nicolás Maduro, elevándola a 50 millones de dólares, y catalogando al mandatario sudamericano como “una amenaza para la seguridad nacional”.
Estados Unidos intensifica presión: recompensa millonaria por Maduro
En un movimiento que marca una escalada en su política exterior hacia Venezuela, el gobierno de Donald Trump —quien actualmente dirige la administración estadounidense— reveló que incrementará la recompensa por la detención de Maduro.
Pamela Bondi, fiscal general de Estados Unidos, fue clara al señalar que:
“Maduro es una figura central en el crimen transnacional. Es una amenaza directa para la seguridad nacional de nuestro país.”
Según el comunicado del Departamento de Estado, Maduro estaría presuntamente involucrado en operaciones de narcotráfico internacional, incluyendo una supuesta alianza con el Cártel de Sinaloa. Estas acusaciones no son nuevas, pero el énfasis en su vínculo con grupos criminales mexicanos ha encendido alarmas diplomáticas.
Una respuesta calculada: Sheinbaum protege la soberanía mexicana
La reacción de la presidenta mexicana refleja no solo prudencia diplomática, sino también una clara defensa de la soberanía judicial de México. Enfatizó que, en ausencia de pruebas contundentes, no se puede dar crédito a señalamientos mediáticos o políticos.
Este tipo de declaraciones también reafirman su estrategia de distanciamiento respecto a agendas extranjeras que, históricamente, han intentado influir en la política interna mexicana bajo el pretexto del combate al narcotráfico.
Maduro y el narcotráfico: la narrativa internacional en disputa
Nicolás Maduro ha sido objeto de múltiples acusaciones por parte de Estados Unidos en los últimos años. Desde 2020, el Departamento de Justicia estadounidense lo incluyó en su lista de los más buscados, alegando vínculos con el “Cártel de los Soles” y operaciones de narcotráfico hacia Norteamérica.
Sin embargo, hasta la fecha, no se ha presentado evidencia concluyente que permita una imputación formal ante organismos internacionales. Ahora, con esta nueva arista —el presunto vínculo con el Cártel de Sinaloa— el debate se reaviva, pero sin el respaldo de investigaciones por parte de México.
Contexto político: la diplomacia latinoamericana en tensión
La postura de Claudia Sheinbaum también se interpreta como una señal de equilibrio diplomático. En su primer año de gobierno, ha buscado fortalecer la autonomía política de México frente a potencias como Estados Unidos, evitando conflictos innecesarios pero sin dejar de alzar la voz cuando se perciben injerencias.
Además, la respuesta directa a Trump podría marcar una diferencia en el tono con respecto al sexenio anterior, abriendo un nuevo capítulo en la relación bilateral.
¿Qué sigue? Pruebas, diplomacia y presiones
Mientras la Casa Blanca insiste en una línea dura contra Maduro, México parece decidido a no ceder ante presiones sin fundamentos sólidos. Las palabras de Sheinbaum no solo cierran la puerta a especulaciones, sino que también retan abiertamente a Washington a sustentar sus dichos con evidencias claras.
La atención ahora recae sobre Estados Unidos: ¿presentará las pruebas que dice tener? ¿O se trata de una maniobra política con fines electorales y estratégicos?
Firmeza presidencial en tiempos de tensión
En un contexto de alta sensibilidad internacional, Claudia Sheinbaum ha optado por una postura clara: no hay investigación abierta en México contra Nicolás Maduro y cualquier señalamiento debe ser acompañado de pruebas.
La narrativa que se construya en los próximos días dependerá no solo de lo que Estados Unidos decida mostrar, sino también de cómo el gobierno mexicano sostenga su línea diplomática
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