La tensión geopolítica entre Venezuela y Estados Unidos escaló tras el anuncio de Nicolás Maduro sobre el despliegue de 4.5 millones de milicianos y la respuesta estadounidense con recompensas y operaciones en el Caribe.
En este marco, la presidenta Claudia Sheinbaum reafirmó la posición histórica de México: no al intervencionismo, respeto a la autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de controversias.
“Todo se resuelve con diálogo”, enfatizó Sheinbaum durante su conferencia matutina, resaltando que esta postura está respaldada por la Constitución mexicana.
Principios de política exterior según Sheinbaum
Sheinbaum recordó que la política exterior de México se basa en:
- Autodeterminación de los pueblos
- No intervención en asuntos de otros Estados
- Solución pacífica de controversias
- Proscripción de la amenaza o uso de la fuerza
- Igualdad jurídica de los Estados
- Cooperación internacional para el desarrollo
- Respeto y promoción de derechos humanos
- Lucha por la paz y seguridad internacional
Estos principios, aseguró la mandataria, guían cualquier acción internacional de México y subrayan su compromiso con la diplomacia y la legalidad internacional.
México como mediador y garante de la paz
El gobierno mexicano mantiene un papel de mediador neutral, promoviendo el diálogo entre las naciones involucradas y rechazando soluciones militares o intervencionistas.
“La Constitución no sólo nos obliga, sino que nos inspira a actuar con responsabilidad internacional. La paz y la cooperación son siempre prioridad”, añadió Sheinbaum.
Expertos en relaciones internacionales señalan que esta postura fortalece la imagen de México en foros globales, destacando su tradición de defensa de la soberanía y del derecho internacional.
Relevancia del no intervencionismo en América Latina
El llamado de Sheinbaum cobra especial relevancia en América Latina, donde los conflictos internacionales suelen tener impactos económicos y sociales directos.
Mantener la no intervención y la autodeterminación asegura que los Estados puedan resolver sus diferencias sin comprometer la estabilidad regional ni generar escaladas militares.Además, refuerza el papel de México como actor clave en la diplomacia regional, capaz de mediar en situaciones complejas y aportar soluciones pacíficas.


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