La política nacional: un concurso de ocurrencias y disparates
La política mexicana siempre ha sido una mezcla de dramatismo y absurdos, pero en el llamado «segundo piso» de la Cuarta Transformación (4T), las ocurrencias parecen haberse convertido en una constante. Desde declaraciones sin sentido hasta decisiones legislativas cuestionables, el gobierno de Claudia Sheinbaum enfrenta una etapa crítica donde se entremezclan intentos de consolidación y el peso de un legado polémico.
Uno de los grandes problemas que enfrentan las mayorías políticas, como la que ostenta el oficialismo actual, es su tendencia a generar problemas y soluciones sin considerar las implicaciones. Esta dinámica, alimentada por el estilo de liderazgo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se ha replicado de forma peculiar en el nuevo gobierno.
El legado de AMLO: ocurrencias y liderazgo sin consecuencias
El sexenio de AMLO estuvo marcado por decisiones controversiales que, sorprendentemente, no parecieron afectar su popularidad. Desde cancelar el Aeropuerto de Texcoco hasta decisiones inusuales como irse a jugar béisbol en medio de crisis nacionales, su estilo rompió con todos los esquemas.
Aunque muchas de sus acciones fueron catalogadas como absurdas, su liderazgo carismático y capacidad de conexión con ciertos sectores de la población lo blindaron de consecuencias políticas significativas. Este es el precedente con el que Sheinbaum debe lidiar, en un intento por definir su propia identidad política.
El claudismo: ¿ciencia o trogloditismo?
El «claudismo», como algunos han llamado a la administración de Sheinbaum, está en una etapa temprana donde aún no está claro cuál será su rumbo. Por un lado, se percibe un intento por destacar con un enfoque más técnico y científico, mientras que, por otro, se repiten acciones impulsivas que recuerdan los excesos de su antecesor.
Entre las decisiones más controvertidas destaca la propuesta de incluir en la Constitución la prohibición de vapeadores, junto con temas tan graves como el tráfico de fentanilo. Este tipo de iniciativas levantan dudas sobre la prioridad real del gobierno y su enfoque en los problemas de fondo.
¿Prohibiciones necesarias o despropósitos legislativos?
La comparación entre vapeadores y fentanilo ha sido motivo de debate. Mientras el fentanilo representa una crisis de salud pública con implicaciones internacionales, los vapeadores se encuentran en una categoría completamente distinta. ¿Es comparable un dispositivo electrónico que puede regularse con una droga letal que causa miles de muertes anualmente?
Además, estas decisiones parecen alejar al gobierno de ingresos fiscales significativos en un momento en que se necesitan recursos. Prohibir no siempre es la respuesta, y utilizar la Constitución como un instrumento para sancionar este tipo de temas genera más dudas que certezas.
El segundo piso de la 4T: un manual de prioridades confusas
En lugar de abordar problemas estructurales o construir sobre los avances del sexenio anterior, el segundo piso de la 4T parece más preocupado por imponer un «manual de civismo» que responde a preferencias ideológicas. Esto no solo limita el debate, sino que también crea barreras innecesarias en temas que podrían resolverse con regulación adecuada en lugar de prohibiciones absolutas.
El desafío de Claudia Sheinbaum: definir un legado propio
Claudia Sheinbaum tiene la oportunidad de demostrar independencia y corregir errores que marcaron el sexenio anterior. Para lograrlo, necesita priorizar decisiones basadas en evidencia y relevancia, dejando de lado iniciativas que diluyen la confianza en su liderazgo.
La verdadera transformación requiere de una visión clara, estrategia y, sobre todo, conexión con las necesidades reales de la población. Solo así podrá evitar que su administración sea percibida como un eco de ocurrencias sin dirección.
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