El eco de la Constitución volvió a sentirse cuando Hugo Aguilar Ortiz, ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), lanzó un mensaje contundente: si el Congreso de la Unión no corrige la reforma a la Ley de Amparo para eliminar la retroactividad, lo hará la Corte.
Sus declaraciones no fueron simples tecnicismos. Representan la defensa del principio constitucional que prohíbe la retroactividad de las leyes y la garantía de que los derechos adquiridos no se verán vulnerados.
El origen del debate: un transitorio polémico
La reforma aprobada esta semana en el Senado de la República busca modernizar el juicio de amparo, simplificar procesos y evitar abusos, especialmente en créditos fiscales. Sin embargo, el artículo transitorio que introduce carácter retroactivo encendió críticas en la opinión pública.
Para Aguilar Ortiz, esa redacción es “inadecuada” y debe ajustarse. De lo contrario, será la Suprema Corte la que garantice que la Constitución se cumpla.
El respaldo de Sheinbaum y la visión de Aguilar
El ministro presidente se sumó a la postura de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien también ha señalado que la retroactividad no puede aplicarse en la nueva Ley de Amparo.
Aguilar explicó que la intención de la reforma es legítima: reducir la burocracia que vuelve interminables los juicios y dar mayor eficacia a la ejecución de sentencias. Sin embargo, advirtió que no se puede lograr a costa de sacrificar la certeza jurídica.
Una Corte más productiva y cercana a la ciudadanía
En su balance a un mes de encabezar la Corte, Aguilar Ortiz presumió avances: la SCJN resolvía históricamente entre 120 y 125 casos al mes; hoy, en apenas tres semanas, se han resuelto 116 asuntos, alcanzando una productividad de 12 casos por sesión, una cifra que iguala lo que antes resolvían pleno y salas juntos.
Pero más allá de los números, Aguilar subrayó un cambio de actitud: la Corte está abierta a la ciudadanía. Sindicatos, autoridades comunitarias y manifestantes han sido recibidos sin necesidad de protestar frente al tribunal. “La gente nos ve con esperanza”, afirmó.
Lo que está en juego para México
El debate sobre la retroactividad en la Ley de Amparo no es solo un tema técnico. Está en juego la confianza en el sistema judicial mexicano y la certeza de que ninguna reforma vulnerará derechos adquiridos.
Si el Legislativo no corrige, será la SCJN la que trace el camino, reafirmando su papel como garante del orden constitucional.


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