El Senado de la República aprobó una reforma constitucional para prohibir vapeadores y el uso ilícito del fentanilo. Sin embargo, esta decisión ha desatado una fuerte crítica del político panista Ricardo Anaya, quien señala que estas medidas, lejos de solucionar los problemas de salud pública, podrían empeorar la situación al dejar el mercado en manos de los cárteles de la droga.
¿Prohibición o regulación?
Durante el debate, Anaya destacó que comparte la preocupación por los efectos negativos del fentanilo y los vapeadores, pero considera que la solución no es prohibirlos, sino regularlos. «Prohibir no va a frenar su uso; lo único que están haciendo es regalarle el mercado a los cárteles», afirmó.
El senador también señaló una supuesta contradicción al prohibir solo el fentanilo, mientras que otras drogas como la cocaína, la heroína o las metanfetaminas no fueron incluidas en la reforma constitucional.
Un mercado en manos de los cárteles
Anaya fue enfático al señalar que con esta reforma se beneficia directamente al crimen organizado, particularmente a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG). Según el panista, prohibir los vapeadores no eliminará su consumo, sino que desplazará la distribución al mercado ilegal.
«Es un error garrafal que le están haciendo la chamba al crimen organizado. Los cárteles van a controlar la venta de vapeadores y del fentanilo si no regulamos correctamente», expresó.
Acusaciones de hipocresía
En su intervención, Ricardo Anaya también acusó a varios senadores de Morena de ser incoherentes al respaldar la prohibición de los vapeadores, cuando muchos de ellos, según el panista, los utilizan de manera cotidiana.
«Es una hipocresía monumental. Votan por prohibir los vapeadores mientras los usan en este mismo recinto», denunció Anaya.
Un dictamen polémico
El dictamen aprobado establece que toda actividad relacionada con los vapeadores y el fentanilo será sancionada, además de añadir restricciones para otras sustancias químicas tóxicas. Pese a las reservas presentadas por legisladores de diversas bancadas, incluyendo PRI, Movimiento Ciudadano e incluso Morena, el texto se aprobó sin modificaciones.
Las críticas no paran
Anaya concluyó su intervención calificando la reforma como un «monumento a las aberraciones«, criticando que se equiparen las sanciones para vapeadores con las de sustancias tan peligrosas como el fentanilo.
«Un vapeador no puede ser equiparado al fentanilo, una droga que, con una pequeña sobredosis, puede provocar la muerte. Es una barbaridad», declaró.
La polémica por la reforma que prohíbe los vapeadores y el fentanilo sigue creciendo. Mientras el gobierno federal busca frenar los riesgos asociados a estas sustancias, figuras como Ricardo Anaya argumentan que la solución está en la regulación y no en la prohibición. El debate sobre cómo abordar estos problemas de salud pública seguirá siendo un tema prioritario en la agenda política.
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