En la historia de la relación migratoria entre México y Estados Unidos, los números siempre han marcado debates políticos y sociales. Esta semana, la presidenta Claudia Sheinbaum retomó el tema en su conferencia matutina, para desmentir un dato que circulaba con fuerza en medios internacionales: que durante la presidencia de Donald Trump habían sido deportados 1.6 millones de mexicanos.
Con un tono firme y apoyada en datos oficiales del Instituto Nacional de Migración (INM), Sheinbaum aclaró:
“Desde el pasado 20 de enero han regresado 108,803 connacionales”.
La cifra, aunque significativa, está muy lejos del millón y medio reportado en algunas fuentes estadounidenses.
El peso de la narrativa en migración
El tema migratorio no solo se trata de estadísticas, sino de cómo esas cifras son interpretadas. A lo largo de las últimas décadas, cada administración en la Casa Blanca ha tenido un papel protagónico en las repatriaciones de mexicanos.
Sheinbaum presentó una gráfica histórica que recordó que fue en tiempos de Bill Clinton cuando se alcanzó uno de los picos más altos: más de 1.1 millones de mexicanos deportados en un solo año. En contraste, durante Trump, el número oficial fue de 108 mil en un año reciente.
La experiencia de regresar a casa
Detrás de cada número hay historias humanas. Cuando los connacionales regresan a México a través del INM, reciben una carta de repatriación, un documento que les permite reiniciar su vida en su país de origen. Para muchos, este papel es apenas el inicio de un nuevo capítulo lleno de retos: encontrar empleo, reunirse con sus familias y reconstruir sueños.
“Yo llegué con lo puesto, pero al menos pude ver a mi madre después de diez años”, comparte José Luis, un mexicano que fue repatriado en 2023. Su testimonio refleja lo que las cifras no alcanzan a narrar: el lado humano de la migración.
Comparación con otros gobiernos
Los datos históricos ayudan a entender que la migración no es un fenómeno aislado ni exclusivo de una sola administración estadounidense. Barack Obama, por ejemplo, fue apodado el “deporter in chief” por las cifras récord en sus primeros años. Clinton, como ya se mencionó, tuvo un repunte masivo. Trump, aunque endureció el discurso contra la migración, no logró cifras tan altas como se esperaba.
Repatriación vs deportación: una diferencia clave
Un punto importante que destacó Sheinbaum es la diferencia entre “repatriación” y “deportación”. Mientras que la deportación es un proceso legal iniciado en Estados Unidos, la repatriación incluye la recepción oficial de mexicanos por parte del INM en México, lo que hace que las cifras oficiales de ambos países no siempre coincidan.
Lo que viene en la política migratoria
La presidenta reiteró que su gobierno seguirá fortaleciendo los programas de atención a migrantes repatriados, incluyendo apoyo legal, psicológico y laboral. Además, subrayó la necesidad de mantener un diálogo directo con Estados Unidos para evitar que las narrativas políticas distorsionen la realidad.
La migración, al final, no es solo un tema de números: es un espejo de la relación bilateral y de los desafíos sociales que ambos países enfrentan.


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