La presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Mónica Soto, dejó claro que la renovación del Poder Judicial no implica empezar desde cero, sino abrir un capítulo inédito que obliga a las y los jueces a responder a las demandas de una sociedad cada vez más exigente en materia de justicia. Durante la inauguración del octavo encuentro de magistradas electorales, diversas voces coincidieron en que el reto actual es construir un sistema más inclusivo, paritario y confiable.
Una nueva etapa para el Poder Judicial
Según la magistrada Soto, el Poder Judicial enfrenta la oportunidad de abatir el rezago histórico que ha limitado la confianza de la ciudadanía en la impartición de justicia. Subrayó que esta etapa debe enfocarse en garantizar procesos más ágiles, transparentes y cercanos a la gente.
Para Soto, uno de los pilares de esta transformación es reconocer que el Poder Judicial no puede mantenerse aislado de las demandas sociales: “hoy más que nunca la impartición de justicia debe ser igualitaria, pronta y expedita en cualquier ámbito, ya sea electoral, penal, laboral o administrativo”.
La paridad como pilar democrático
La magistrada presidenta del TEPJF destacó que la paridad de género es ya un rasgo consolidado en la democracia mexicana, pero insistió en que todavía es necesario avanzar de una igualdad cuantitativa a una igualdad sustantiva. Esto significa que no basta con que haya el mismo número de mujeres y hombres en cargos de decisión, sino que sus condiciones, oportunidades y capacidad de incidencia sean realmente equitativas.
Este enfoque fue respaldado por otras magistradas presentes, quienes coincidieron en que el reto del Poder Judicial es garantizar que la paridad no sea solo una cifra, sino un elemento transformador de la vida institucional.
El equilibrio entre técnica jurídica y sensibilidad social
En su intervención, la magistrada Claudia Valle Aguilasocho subrayó que la labor de las personas juzgadoras requiere encontrar un punto de equilibrio entre la técnica jurídica y la sensibilidad institucional. De acuerdo con su visión, cada resolución judicial no solo debe estar sólidamente fundamentada en derecho, sino también tener un impacto social significativo que contribuya a fortalecer la confianza de la ciudadanía.
La magistrada advirtió que este desafío implica un esfuerzo constante por parte de jueces y magistrados para no perder de vista el contexto social en el que operan las leyes.
El TEPJF como pieza clave de la democracia
Por su parte, la magistrada presidenta del Tribunal de Disciplina Judicial, Celia Maya, resaltó que el TEPJF es una pieza clave en la certeza y legalidad de los procesos político-electorales que sustentan la democracia mexicana.
Recordó que la prioridad actual es trascender la simple protección de derechos para dar paso a una visión más integral: aplicar una perspectiva de género en las sentencias emitidas tanto por la Sala Superior como por las salas regionales y tribunales locales. Esto, afirmó, permitirá consolidar un sistema electoral más justo e inclusivo.
El papel del encuentro de magistradas electorales
El octavo encuentro de magistradas electorales tuvo como objetivo principal analizar resoluciones con perspectiva de género y avanzar hacia la igualdad sustantiva de las mujeres en los procesos electorales.
De acuerdo con las participantes, estos espacios de diálogo y reflexión son esenciales para compartir experiencias, construir consensos y fortalecer la capacidad institucional del Poder Judicial frente a los retos democráticos del país.
Justicia inclusiva y cercana a la sociedad
El mensaje central del encuentro fue que la justicia en México debe dejar de ser percibida como un mecanismo lejano y burocrático. En palabras de las magistradas, el sistema debe orientarse a ser más inclusivo, igualitario y sensible, respondiendo no solo a la técnica jurídica, sino también a las expectativas sociales de legalidad y justicia.
Esto implica transformar la cultura judicial, fortalecer la formación de jueces y magistrados con perspectiva de derechos humanos y consolidar la paridad como un eje transversal en todas las áreas del Poder Judicial.
La renovación del Poder Judicial no representa un borrón y cuenta nueva, sino la posibilidad de abrir un capítulo distinto en el que jueces y magistradas respondan con mayor compromiso a las demandas de la sociedad. El énfasis en la paridad, la inclusión y la cercanía con la ciudadanía refleja el camino hacia una justicia más confiable y representativa.
En un contexto en el que la democracia mexicana enfrenta grandes retos, la labor del TEPJF como garante de legalidad y certeza en los procesos electorales cobra una relevancia aún mayor. La verdadera transformación dependerá de convertir los principios en acciones que hagan sentir a la población que la justicia está de su lado.


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