La reforma judicial, anunciada como un cambio histórico en México, enfrenta un inicio complicado. Desde el desorden en la inscripción de candidatos hasta los cuestionamientos sobre la viabilidad del proceso electoral para seleccionar nuevos jueces, magistrados y ministros, los retos parecen superar las promesas.
Un proceso que comienza con tropiezos
El plazo para que los aspirantes a los nuevos cargos de juzgadores federales se inscriban termina este domingo. Se necesitan 5,379 perfiles para ocupar un total de 881 puestos. Pero la forma de selección ha generado polémica:
- Insaculación o «kermés judicial»: De los inscritos, solo una sexta parte avanzará a la siguiente etapa, lo que muchos consideran un método poco serio para un proceso tan importante.
- Cargos en juego: Los comités del Ejecutivo, Legislativo y Judicial seleccionarán 1,793 aspirantes cada uno, quienes competirán por puestos clave en el Tribunal Electoral, la Suprema Corte y el Poder Judicial.
La mecánica incluye una boleta única, en la que se elegirán cinco mujeres y cinco hombres para algunos cargos, mientras que los ministros se seleccionarán entre 81 candidatos propuestos por los tres comités.
INE: ¿Reforma de la reforma?
En medio del caos, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha solicitado al Senado posponer la jornada electoral prevista para el 1 de junio de 2025, proponiendo un retraso de 90 días.
Esta solicitud busca dar más tiempo para organizar un proceso que, hasta ahora, parece apresurado y mal diseñado. Sin embargo, cambiar la fecha implicaría modificar nuevamente la Constitución, algo que parece improbable.
Las bajas participaciones en ejercicios recientes como la consulta de revocación de mandato (17.77%) o la consulta popular de 2021 (7.1%) sugieren que la jornada electoral para esta reforma podría enfrentar un panorama similar.
Costos millonarios y poca credibilidad
El proceso electoral extraordinario tiene un costo estimado de miles de millones de pesos, lo que ha levantado críticas en un contexto de austeridad declarada.
Con la falta de claridad en las reglas, la improvisación en la organización y la baja probabilidad de una alta participación ciudadana, surgen preguntas inevitables:
- ¿Vale la pena el gasto?
- ¿Legitimará el proceso o será percibido como un capricho político?
Un gobierno joven, pero ya con sombras
A menos de dos meses de haber comenzado la nueva administración, ya se vislumbran las primeras críticas. Las tensiones internas y las decisiones polémicas, como la reforma judicial, parecen marcar un inicio turbulento para el gobierno de Claudia Sheinbaum.
Mientras tanto, los ciudadanos observan con escepticismo cómo se ejecuta un proceso que debería fortalecer la justicia, pero que hasta ahora solo genera dudas.
Justicia o capricho político
La reforma judicial 2025 comenzó con grandes promesas, pero la ejecución ha estado lejos de ser ejemplar. Entre inscripciones desordenadas, métodos de selección cuestionables y un proceso electoral que genera más críticas que confianza, el panorama es preocupante.
El futuro de la justicia en México depende de que el gobierno rectifique el rumbo, garantice transparencia y escuche las voces que exigen una reforma real y no solo un espectáculo político.
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