La Ciudad de México puso en marcha el Plan Integral de Recuperación de Barrancas, una estrategia ambiental encabezada por la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, que busca restaurar 26 barrancas que en conjunto suman mil hectáreas de áreas verdes. Este proyecto tiene como meta revertir el deterioro ambiental causado por la urbanización, la deforestación, la acumulación de residuos y la contaminación.
Las acciones se concentrarán principalmente en Álvaro Obregón, La Magdalena Contreras, Tlalpan y Cuajimalpa, con un enfoque que combina limpieza, reforestación, restauración de cuerpos de agua y educación ambiental.
Un plan de justicia socioambiental
Durante la presentación en la Barranca Tarango, ubicada en Álvaro Obregón, Clara Brugada destacó que las barrancas son vitales para la regulación del clima y los ciclos hidrológicos en la capital, además de servir como refugio para múltiples especies de flora y fauna.
La titular de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema), Julia Álvarez Icaza Ramírez, calificó este plan como la estrategia de recuperación de barrancas más grande que se ha implementado en la ciudad, y lo definió como una acción de justicia socioambiental que involucra directamente a los vecinos y ofrece alternativas laborales a jóvenes en situación de riesgo.
Acciones clave del programa
El plan contempla medidas integrales para devolver la salud a estos ecosistemas:
- Limpieza de residuos sólidos acumulados.
- Reforestación con especies nativas para fortalecer la biodiversidad.
- Restauración de ríos y cuerpos de agua.
- Mejora y creación de senderos ecológicos para el disfrute responsable.
- Campañas de educación ambiental dirigidas a comunidades cercanas.
Además, se implementará el programa Guardianes de las Barrancas, con brigadas comunitarias encargadas de supervisar y proteger estos entornos. La ciudadanía también dispondrá de una línea telefónica para reportar contaminación, ocupaciones irregulares o actividades indebidas en las barrancas.
Trabajo conjunto entre dependencias
El proyecto contará con la participación de distintas instancias de gobierno:
- Sedema: intervención en 7 barrancas que suman 203 hectáreas.
- Secretaría de Gestión Integral del Agua (Segiagua): trabajo en 3 barrancas con 200 hectáreas.
- Secretaría de Obras y Servicios (SOBSE): acciones en 3 barrancas con 317 hectáreas.
Este esfuerzo interinstitucional busca no solo mejorar el paisaje y la calidad ambiental, sino también prevenir inundaciones y proteger las zonas naturales frente al crecimiento urbano.
Participación ciudadana y empleo local
Un elemento central del plan es la inclusión de la comunidad en todas las etapas. Se lanzará un programa de empleo temporal para que vecinos de las zonas cercanas participen activamente en las labores de cuidado y mantenimiento.
En palabras de Brugada, esta colaboración fomenta el arraigo comunitario y fortalece el vínculo entre la ciudadanía y su entorno natural, creando una red de protección permanente para las barrancas.
Beneficios ambientales y sociales
La recuperación de estas 26 barrancas traerá múltiples beneficios:
- Mejora de la calidad del aire y regulación de temperatura.
- Protección de la biodiversidad local.
- Reducción de riesgos por inundaciones y deslaves.
- Generación de empleo y capacitación para comunidades vulnerables.
- Mayor conciencia ambiental entre los habitantes de la CDMX.
Un compromiso a largo plazo
El Plan Integral de Recuperación de Barrancas marca un hito en la política ambiental de la capital. Con acciones conjuntas, participación vecinal y el respaldo de varias dependencias, se espera que estas zonas naturales no solo se restauren, sino que se conviertan en espacios seguros, limpios y vivos para las futuras generaciones.
Tal como enfatizó Clara Brugada, “cuidar las barrancas es cuidar el corazón verde de la ciudad”, un compromiso que ahora se pone en marcha con una visión ecológica y social de largo alcance.


TE PODRÍA INTERESAR