¿De quién es el Presupuesto 2025?
La reciente aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2025 ha generado una pregunta central: ¿este presupuesto refleja más al expresidente Andrés Manuel López Obrador o a la nueva presidenta Claudia Sheinbaum?
El análisis del documento permite identificar las continuidades heredadas de la administración anterior, pero también algunos acentos que empiezan a marcar una nueva dirección en la política económica y social de Sheinbaum.
Los fantasmas de AMLO: inercias que persisten
1. Sin reformas tributarias estructurales
El PEF 2025 mantiene la negativa a impulsar reformas fiscales, a pesar de que el sistema tributario actual limita los ingresos públicos. Esto deja al Estado mexicano con recursos insuficientes para garantizar derechos fundamentales como salud, educación e infraestructura.
2. Prioridad a transferencias sociales sobre servicios públicos
Las pensiones contributivas y no contributivas absorben el 6% del PIB, encabezadas por la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, que concentra el 43% del gasto en subsidios. Este enfoque prioriza transferencias sociales a costa de áreas como la salud y la educación.
- Salud: El presupuesto cae al 9.5% del gasto total, su nivel más bajo desde 2016, y el recorte para la población sin seguridad social es del 22%.
- Educación: Aunque se mantiene en el 2.9% del PIB, la capacitación docente enfrenta un recorte del 28%.
3. Recortes al gasto federalizado y al Poder Judicial
Desde 2019, las transferencias federales a estados han disminuido. En 2025, representan solo el 7.28% del PIB, el nivel más bajo desde 2008. El presupuesto del Poder Judicial de la Federación también fue reducido en un 16.5%, la mayor disminución en casi dos décadas.
Los acentos de Sheinbaum: señales de un cambio
1. Infraestructura con rostro civil
Sheinbaum apuesta por desmilitarizar parte de las obras públicas, dando protagonismo a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), cuyo presupuesto aumenta un 72.9% respecto a 2024. Este cambio no solo devuelve a una administración civil el control de proyectos, sino que busca mejorar la transparencia y rendición de cuentas.
2. Ajustes en Pemex: menos refinación, más racionalidad
El presupuesto destinado a la refinación de petróleo disminuye un 7%, reconociendo las pérdidas recurrentes de este segmento. Este enfoque podría señalar un intento de orientar a Pemex hacia áreas más rentables y sostenibles.
3. Nueva pensión para mujeres de 60 a 64 años
Una de las iniciativas destacadas es la creación de una pensión específica para mujeres de 60 a 64 años. Este enfoque focalizado busca atender a sectores vulnerables con mayores necesidades, diferenciándose de la universalidad de otros programas sociales.
¿Qué dice el presupuesto sobre el futuro de México?
El PEF 2025 es un híbrido: por un lado, arrastra las inercias del pasado; por otro, muestra intentos de Sheinbaum por racionalizar el gasto y retomar el control civil en áreas clave.
Los retos para Sheinbaum
- Romper con los fantasmas de AMLO: Avanzar hacia una reforma fiscal que garantice ingresos sostenibles y reducir la opacidad en el gasto.
- Consolidar los acentos propios: Dar continuidad a proyectos de infraestructura civil, reorientar Pemex y focalizar los programas sociales.
- Priorizar los servicios públicos: Incrementar la inversión en salud, educación y desarrollo regional.
Entre herencias y ajustes
El Presupuesto 2025 es un reflejo de un país en transición. Sheinbaum enfrenta el reto de aprovechar los acentos iniciales para marcar un rumbo más definido, mientras lidia con las inercias de su antecesor. Lo que está en juego es la capacidad de México para construir un modelo de desarrollo más inclusivo y sostenible.
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