El partido Morena vive un inicio de año marcado por tensiones internas, ajustes estratégicos y un reacomodo que podría definir su destino en las próximas elecciones intermedias de 2027 y la sucesión presidencial de 2030. Mientras las ex corcholatas presidenciales, como Adán Augusto López y Ricardo Monreal, mantienen sus posiciones en el Congreso, la verdadera operadora política del gobierno es Rosa Icela Rodríguez, titular de Gobernación y pieza clave de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Sheinbaum, Rosa Icela y el poder tras bambalinas
Desde el año pasado, Rosa Icela Rodríguez ha asumido el control de las negociaciones más relevantes con el Congreso, desplazando parcialmente a figuras como López Hernández y Monreal. Su cercanía con la Presidenta y su enfoque en garantizar estabilidad legislativa la convierten en un factor determinante en el tablero político de Morena.
Mientras tanto, otros actores como Omar García Harfuch, secretario de Seguridad, y Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación, comienzan a perfilarse como figuras clave dentro de la administración.
Un Morena fragmentado: el ala dura vs. los moderados
Las divisiones internas no tardaron en salir a flote. Por un lado, los moderados, alineados con Sheinbaum, intentan mantener el control del partido y del Congreso. Por otro, el ala dura, encabezada por Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán, «Andy», mueve hilos para construir un proyecto político propio de cara al futuro.
Estas fracturas internas han llevado a especular sobre la creación de un «Plan B» para la Presidenta: una alianza estratégica con el Partido Verde para construir una plataforma alternativa que diversifique su poder político más allá de Morena.
Morena: ¿Un partido con fecha de caducidad?
La historia de los partidos en México ofrece lecciones importantes. El PRI tardó 70 años en perder su hegemonía, mientras que el PRD, emblema de la izquierda mexicana, agotó su ciclo en apenas tres décadas.
Morena, por su parte, nació como un movimiento en torno a Andrés Manuel López Obrador y su existencia sigue ligada a él. A diferencia de sus predecesores, Morena enfrenta el desafío de demostrar que puede evolucionar sin depender exclusivamente de su fundador.
Los retos internacionales: Trump y la política antiinmigrante
A partir del 20 de enero, Donald Trump asumirá nuevamente la presidencia de Estados Unidos, con una política antiinmigrante que representa un desafío para México. Rosa Icela Rodríguez liderará las acciones para mitigar su impacto, dejando en claro que su rol trasciende las fronteras nacionales.
En este contexto, Juan Ramón de la Fuente, canciller de México, se posiciona como un actor clave en el ámbito diplomático. Sin embargo, el peso de la Secretaría de Gobernación en esta estrategia será decisivo para garantizar la estabilidad en las relaciones bilaterales.
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