En un país donde la lucha por la equidad y la justicia de género ha sido una demanda constante, la Secretaría de las Mujeres dio un paso firme al anunciar una coordinación estrecha con instituciones de los tres órdenes de gobierno, incluido el Poder Judicial, para fortalecer los códigos penales y mejorar la procuración de justicia con perspectiva de género.
Durante su intervención, la subsecretaria del Derecho a una Vida Libre de Violencias, Ingrid Gómez Saracibar, destacó que el nuevo Poder Judicial representa una oportunidad histórica. “Se trata de impartir justicia no desde el romanticismo, sino desde lo práctico, con resultados reales para las mujeres y sus familias”, afirmó con convicción.
Justicia efectiva, no simbólica
El mensaje fue claro: las mujeres no necesitan discursos, necesitan justicia. Gómez Saracibar subrayó que el trabajo de la Secretaría de las Mujeres busca resultados tangibles que se traduzcan en seguridad, reparación y confianza. “Estamos fortaleciendo la procuración de justicia, sobre todo porque nos interesa que haya justicia efectiva para las familias y las mujeres”, insistió.
Su postura refleja un cambio de paradigma que responde a las demandas de los movimientos feministas y a la necesidad de instituciones que no revictimicen, sino que acompañen y protejan.
Feminicidio: un avance legal con historia
La funcionaria recordó que, gracias al impulso de los movimientos feministas, en 2007 se logró un hito trascendental: las muertes violentas de mujeres comenzaron a tipificarse como feminicidio. Este avance permitió construir una estrategia integral centrada tanto en la prevención como en la sanción de la violencia de género.
“Fue un cambio que nació de la exigencia social. Las mujeres tomaron las calles, alzaron la voz y lograron que el Estado reconociera la gravedad de estas violencias”, enfatizó Gómez Saracibar.
Prevención y atención con enfoque integral
El trabajo no se limita al castigo. La Secretaría de las Mujeres sostiene que la prevención de la violencia de género requiere la colaboración de múltiples instituciones. La clave está en atender adecuadamente a las mujeres desde los distintos servicios públicos.
“Entendemos la desconfianza de muchas mujeres hacia las instituciones, porque en el pasado fueron violentadas o revictimizadas por quienes debieron procurarles justicia”, reconoció la subsecretaria. Esa autocrítica es parte del proceso de transformación que busca recuperar la credibilidad del sistema.
Formación judicial con mirada de género
Por instrucción de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, la Secretaría de las Mujeres impulsa una red de formación y capacitación dentro del sistema judicial. La meta es garantizar que policías, ministerios públicos, peritos y jueces trabajen con una verdadera perspectiva de género.
Esto implica revisar protocolos, diseñar procesos más empáticos y asegurar que las decisiones judiciales reconozcan las desigualdades estructurales que enfrentan las mujeres. El objetivo final es que cada caso sea atendido con justicia, sensibilidad y equidad.
Educación como herramienta de cambio
Además de fortalecer las instituciones judiciales, la Secretaría trabaja con las Subsecretarías de Educación Básica y Media Superior para incorporar programas educativos que enseñen a distinguir los diferentes tipos de violencia desde la infancia.
La apuesta es clara: prevenir la normalización de la violencia y erradicarla desde la raíz. Estos programas buscan que niñas y niños crezcan identificando los límites del respeto, la empatía y la igualdad, sentando las bases de una sociedad más justa.
Un Estado que responde con hechos
El mensaje de la Secretaría de las Mujeres es contundente: la justicia con perspectiva de género no puede quedarse en el papel. Requiere compromiso, coordinación y resultados concretos.
México avanza hacia una nueva etapa en la que las instituciones deben responder con hechos, no con promesas. Con un Poder Judicial renovado y políticas públicas articuladas, el país se encamina hacia una justicia más humana, más empática y verdaderamente igualitaria.
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