¿Disputas en Morena o estrategia común?
En medio del torbellino político que envuelve a México, un debate constante resuena entre analistas y comentaristas: ¿existen tensiones reales entre Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador? A pesar de los rumores de diferencias, los hechos indican otra cosa: ambos líderes comparten una visión estratégica que prioriza la consolidación de su proyecto político.
Morena, como fuerza política, no solo domina el panorama electoral, sino que ha construido una hegemonía ideológica cimentada en una izquierda revolucionaria que ha absorbido, con voracidad, las antiguas izquierdas independientes.
La sombra del estado policiaco en la 4T
La consolidación de Morena no se limita a una hegemonía electoral. En el entramado político actual, surgen preocupaciones sobre un modelo estatal que restringe la disidencia y fomenta el control absoluto. Comparaciones con regímenes como la Alemania Oriental o el sistema soviético encuentran eco en las políticas de vigilancia y centralización del poder promovidas por la 4T.
Paralelismos históricos:
En el Berlín de los años 70, la disidencia enfrentó a un estado policial que vigilaba y reprimía cualquier atisbo de oposición. Hoy, en México, la narrativa se enmarca en un contexto de polarización donde las diferencias, incluso dentro del partido gobernante, son vistas como amenazas.
¿Dónde está la verdadera oposición?
Mientras la oposición partidista oficial, representada por el PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, parece fragmentada y débil, la verdadera resistencia está tomando forma en movimientos sociales dispersos y diversos:
- Feministas y buscadoras: Mujeres que desafían la narrativa oficial desde las calles y las comunidades rurales.
- Ambientalistas: Activistas que exigen justicia climática y rechazan megaproyectos destructivos.
- Trabajadores de plataformas digitales: Nuevos actores, como los uberistas, que demandan derechos laborales en un entorno precarizado.
Estos movimientos, aunque no están organizados bajo un frente común, representan el potencial de una resistencia ciudadana auténtica frente al modelo hegemónico de Morena.
Morena y la política de los conversos
El mosaico que conforma Morena incluye figuras de orígenes ideológicos diversos: expriistas, panistas, sobrevivientes del marxismo-leninismo y más. Sin embargo, su fidelidad no radica en su pasado, sino en su compromiso con el proyecto central de la 4T.
Cita relevante:
“No importa el color del gato, lo que importa es que cace ratones”, decía Deng Xiaoping. En Morena, todos los gatos son grises, dedicados a cazar disidentes, sean del color político que sean.
¿Resistencia cultural o partidocracia envejecida?
El reto para quienes buscan un contrapeso real al proyecto de Morena radica en superar las estructuras tradicionales de la partidocracia.
Nuevas vías de resistencia:
- Movilizaciones sociales: Protestas masivas que trasciendan los límites de la oposición política oficial.
- Presencia digital: Decenas de miles de voces que ocupan espacios en redes sociales y medios alternativos.
- Resistencia juvenil: La clave para el futuro está en la capacidad de los jóvenes para organizarse y liderar nuevas formas de activismo.
Cita inspiradora:
“No es tiempo de lamentos o lloriqueos, es hora de resistir.”
¿Hacia dónde vamos como país?
La hegemonía de Morena plantea preguntas fundamentales sobre el futuro de la democracia en México. Mientras el partido gobernante refuerza su control, la sociedad enfrenta el desafío de encontrar nuevas formas de participación y resistencia.
Preguntas clave:
- ¿Cómo pueden unirse los movimientos sociales dispersos para formar un frente común?
- ¿Qué papel jugarán los jóvenes en la construcción de una resistencia sostenible?
- ¿Qué límites encontrará la hegemonía de Morena en un contexto democrático?
¡Únete a nuestro canal en WhatsApp! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil
TE PODRÍA INTERESAR