Gobernador de Yucatán anuncia cierre y reubicación de la calera Mayacal en Cholul, Mérida.
En respuesta a una demanda ciudadana histórica, el gobernador Joaquín «Huacho» Díaz Mena programó el cierre para finales de este año.
La perseverancia de una comunidad ha rendido frutos. Tras años de denuncias y peticiones ignoradas, los vecinos de la comisaría de Cholul, en Mérida, celebran una victoria histórica: el gobernador Joaquín «Huacho» Díaz Mena anunció personalmente el cierre definitivo de la calera Mayacal, una industria cuya operación ha sido señalada por años como una fuente de contaminación y afectaciones a la salud pública.
La decisión, que contempla la reubicación de la planta a más tardar en diciembre de este año, fue comunicada directamente a los vecinos y representa el cumplimiento de una de las solicitudes más sentidas recibidas en el programa «Diálogos con el Pueblo», una iniciativa del actual gobierno estatal para atender de manera directa las problemáticas de la ciudadanía.
«Por Fin, Alguien Nos Escuchó»
La noticia fue recibida con emoción y agradecimiento por parte de los residentes, quienes por años habían luchado para ser escuchados por las autoridades anteriores sin obtener respuesta.
«Hemos tocado muchas puertas en instancias de los tres niveles sin respuesta. Hoy, por fin, alguien como usted nos escuchó. Las puertas de nuestra comunidad estarán siempre abiertas para usted y su equipo.» – Adrián Fernández, vecino de Cholul.
Claudia Andrea Pichardo, representante del comité vecinal, también reconoció el respaldo del Gobierno del Estado, afirmando: «El Gobernador sí escucha. Que más personas se acerquen a los Diálogos con el Pueblo, porque está pendiente de lo que necesita la gente».
Un Símbolo de Cambio Político
El cierre de la calera Mayacal se ha convertido en un poderoso símbolo del nuevo estilo de gobernar que prometió la administración de «Huacho» Díaz. La acción no solo resuelve un problema ambiental y de salud pública, sino que también envía un mensaje de empoderamiento ciudadano y de que la participación comunitaria puede generar cambios tangibles.
Este caso de éxito demuestra cómo la voluntad política, alineada con la demanda ciudadana, puede prevalecer sobre intereses económicos que durante años parecieron inamovibles. Es una historia de «David contra Goliat» con un final favorable para la comunidad, que inspira y resuena no solo en Yucatán, sino en todo el país, como un ejemplo de que la lucha por un medio ambiente sano y una mejor calidad de vida puede ganarse.
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