La reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de no intervenir en la revisión de la reforma al Poder Judicial ha marcado un hito en el rumbo político de México. Con esta decisión, la SCJN ha permitido que el Congreso, dominado por una mayoría morenista, realice modificaciones a la Constitución sin ninguna limitación, abriendo la puerta a un cambio de régimen que amenaza con consolidar un nuevo autoritarismo en el país.
México ha transitado en las últimas décadas por un proceso de construcción democrática caracterizado por una división de poderes, elecciones libres y una Constitución que garantiza los derechos fundamentales. Sin embargo, esta reforma representa un giro radical que transforma la esencia misma del sistema político nacional. La decisión de la SCJN de no intervenir ha dejado el camino libre para que la mayoría legislativa de Morena tenga la capacidad de modificar la Constitución a discreción, sin que ningún poder pueda actuar como contrapeso. Esto coloca en riesgo la estructura democrática que ha regido en México desde los años 90.
SCJN y el riesgo de un poder sin límites
La base de una democracia constitucional se sostiene en cuatro pilares fundamentales: el estado de derecho, la división de poderes, la celebración de elecciones libres y auténticas, y la representación plural de la sociedad en los órganos de gobierno. Con la reforma al Poder Judicial, estos cuatro principios se ven amenazados de manera profunda.
La SCJN tenía en sus manos la posibilidad de revisar los posibles abusos de esta reforma, como el de otorgar a un poder constituido (el Congreso) la capacidad de actuar como si fuera un poder constituyente. Este último es el único con la facultad de modificar la Constitución en asuntos de fondo, pues representa la soberanía popular. Sin embargo, la SCJN decidió abstenerse de intervenir, permitiendo que el Congreso y las legislaturas estatales actúen sin restricciones y que el oficialismo modifique los principios constitucionales fundamentales sin límites.
Con esta decisión, México enfrenta el riesgo de que el Congreso, bajo el control de Morena, pueda en el futuro transformar aspectos esenciales de la Constitución. Esto implica que, con una mayoría suficiente, podría incluso modificar el sistema político para instaurar una monarquía, o cambiar el Estado federal por uno centralista, eliminando a las entidades federativas. Estos cambios, impensables hace unos años, ahora parecen posibles debido a la inacción de la SCJN.
Del estado de derecho al autoritarismo
El estado de derecho en México, que garantiza que las leyes y normas rigen la vida pública y limitan el poder, ha sido erosionado progresivamente. En una democracia constitucional, la ley debe estar por encima de cualquier interés político, evitando que el poder se concentre y actúe sin restricciones. Sin embargo, la reforma judicial y la decisión de la SCJN de no intervenir han socavado este principio.
En esta nueva realidad, el Poder Legislativo ha dejado de ser un órgano de representación ciudadana para convertirse en un simple validador de los deseos del Ejecutivo. Esto no solo rompe con la división de poderes, sino que marca un retorno a un presidencialismo absoluto, donde las decisiones cruciales son tomadas por un solo grupo político.
Las elecciones y la representación política en peligro
Otro pilar fundamental que se ve afectado es la integridad de las elecciones y la representación auténtica de los votantes. La intervención del gobierno en los procesos electorales, combinada con una estructura partidista que ha consolidado una mayoría desproporcionada en el Congreso, ha generado una representación que no refleja la pluralidad de México. Con el 55% de los votos, Morena y sus aliados controlan el 73% de los escaños en la Cámara de Diputados, una distorsión que impide que las voces de todos los mexicanos sean escuchadas.
Además, las reformas buscan eliminar el principio de representación proporcional, eliminando también las senadurías de primera minoría, lo cual refuerza el control del partido oficial sobre los órganos legislativos. Esta modificación limita la participación de los partidos de oposición, debilitando el pluralismo y restringiendo la diversidad política e ideológica que debería representar la voluntad del pueblo.
¿Un cambio irreversible hacia el autoritarismo?
El cambio de régimen que se está consolidando en México recuerda a épocas pasadas de presidencialismo absoluto, donde los contrapesos y los mecanismos de control eran prácticamente inexistentes. Con la SCJN renunciando a su papel como árbitro y protector de la Constitución, la democracia mexicana está en riesgo de convertirse en un sistema donde el poder se concentra en manos de unos pocos, sin respeto por la pluralidad ni por las normas fundamentales que garantizan los derechos ciudadanos.
La consolidación de un sistema autoritario implica que el gobierno tendrá un margen casi ilimitado para actuar a discreción, sin la obligación de respetar las leyes ni las instituciones. En lugar de un estado de derecho, donde el poder se restringe y controla, México estaría transitando hacia un sistema donde las decisiones se tomen en función de intereses políticos y no de las necesidades de la sociedad.
El reto de defender la democracia en México
La decisión de la SCJN de no intervenir en la reforma judicial es un punto de inflexión para México. El país enfrenta el desafío de defender su democracia y evitar que el poder se concentre en una sola fuerza política. La claudicación de la Corte ha puesto en manos del Congreso la capacidad de modificar la Constitución a voluntad, sin ningún contrapeso, lo que deja al país al borde de un cambio de régimen que amenaza con destruir las bases de la democracia constitucional.
Hoy más que nunca, es fundamental que todos los sectores de la sociedad, desde los ciudadanos hasta las organizaciones civiles y los medios de comunicación, se mantengan vigilantes y actúen en defensa de los principios democráticos. La tarea de proteger el estado de derecho y la pluralidad política es urgente si queremos evitar que México caiga en un régimen autoritario que desconozca los derechos y las libertades fundamentales de su gente.
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