Desde el corazón del poder en México, ha comenzado una operación para marcar distancia con ciertos personajes que podrían representar un lastre para la administración de Claudia Sheinbaum. La línea viene directamente de Palacio Nacional y busca evitar cualquier sombra de corrupción o desorden que pueda empañar la imagen de Morena en los próximos años.
Los nombres que encabezan esta depuración son Cuitláhuac García, exgobernador de Veracruz; Cuauhtémoc Blanco, exgobernador de Morelos, y Félix Salgado Macedonio, senador por Guerrero. La estrategia no parece enfocada en llevarlos ante la justicia con consecuencias legales severas, sino en una exhibición pública que los haga quedar mal ante la opinión pública y dentro del propio partido.
El mensaje es claro: Morena no permitirá que figuras con escándalos o mala reputación sigan siendo parte del movimiento sin pagar una factura política.
Cuitláhuac García: del respaldo presidencial a la lupa de la 4T
El caso de Cuitláhuac García es uno de los más llamativos dentro de esta estrategia. Durante su gestión en Veracruz, contó con el respaldo total del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien lo defendió en varias ocasiones ante críticas y señalamientos.
Sin embargo, ahora el panorama es distinto. Con el aval de Sheinbaum y de la nueva gobernadora, Rocío Nahle, se han comenzado a ventilar casos de presunta corrupción en su administración.
Las principales acusaciones involucran a colaboradores cercanos del exgobernador en presuntos esquemas de desvío de recursos a través de empresas fantasma, un mecanismo que recuerda los escándalos de corrupción durante el gobierno de Javier Duarte.
En Morena hay varios molestos con García no solo por estas sospechas, sino por la forma en que entregó el estado a Nahle, lo que ha generado tensiones internas. A pesar de todo, recibió un cargo federal como una salida política, pero parece que la 4T no está dispuesta a protegerlo más allá de eso.
Cuauhtémoc Blanco: un personaje incómodo para Sheinbaum
El caso de Cuauhtémoc Blanco es distinto, pero no menos problemático. Su estilo de gobernar siempre generó críticas y polémicas, y es bien sabido que Claudia Sheinbaum prefiere mantener su distancia.
Blanco dejó Morelos con diversas irregularidades administrativas, según ha señalado la actual gobernadora. Esto ha derivado en denuncias penales en su contra por cuestiones de manejo de recursos.
A diferencia de García, la incomodidad con el exfutbolista no solo radica en temas de corrupción, sino también en su forma de actuar y en la falta de seriedad que proyecta. En el nuevo esquema de Morena, no hay espacio para improvisaciones ni figuras que resten credibilidad al movimiento.
El objetivo parece ser exhibirlo y deslindarse de su gestión, aunque no necesariamente llevarlo ante la justicia.
Félix Salgado Macedonio: un caso especial dentro de Morena
A diferencia de Cuitláhuac García y Cuauhtémoc Blanco, Félix Salgado Macedonio no es una prioridad dentro de esta estrategia. Si bien su comportamiento ha generado incomodidad en algunos sectores de Morena, su influencia en Guerrero sigue siendo fuerte.
El principal problema con Salgado Macedonio no es la corrupción ni la administración de recursos, sino su conducta pública y su forma de actuar dentro del partido. Sin embargo, debido a su peso político y al control que mantiene en Guerrero, su caso no ha sido tratado con la misma dureza que los de García y Blanco.
¿Hasta dónde llegará esta estrategia?
La gran pregunta es si esta operación se limitará a la exhibición pública y el desgaste político, o si realmente habrá consecuencias legales para los involucrados. Hasta el momento, todo indica que la prioridad es marcar distancia y evitar que estas figuras sigan siendo referentes dentro del partido.
No parece haber un interés real en llevarlos ante la justicia, ya que esto podría abrir una caja de Pandora que afecte a otros personajes dentro de Morena. Más bien, la intención es que el desgaste mediático los haga quedar en segundo plano dentro del movimiento.
Este proceso es también una advertencia para otros miembros del partido: quien se convierta en un problema para la 4T, perderá respaldo y será expuesto.
Depuración y control dentro de Morena
Lo que ocurre con Cuitláhuac García, Cuauhtémoc Blanco y Félix Salgado Macedonio es un claro ejemplo de que Morena busca mantener el control y deslindarse de figuras que puedan afectar su imagen.
El caso de Veracruz parece el más delicado, ya que implica posibles actos de corrupción y el uso de empresas fantasma. En Morelos, la estrategia parece enfocada en desmarcarse del desorden administrativo que dejó Blanco. Y en Guerrero, aunque Salgado Macedonio no es una prioridad, su conducta sigue generando incomodidad.
A pesar de todo, la posibilidad de que alguno de ellos termine en prisión es baja. Lo más probable es que enfrenten un desgaste político severo y queden relegados dentro del partido.
La depuración en Morena ha comenzado y es posible que en los próximos meses se sumen más nombres a esta lista. Habrá que estar atentos a quiénes serán los próximos en la mira.
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