«Se buscan valientes.» Este podría ser el lema de la convocatoria para la elección de jueces, magistrados y ministros en 2025, un experimento electoral que, lejos de generar entusiasmo, se enfrenta a un vacío preocupante. A cinco días de que cierre el registro de aspirantes, el interés es escaso y los números no cuadran.
Hasta el pasado 19 de noviembre, solo 4,398 solicitudes habían sido registradas ante los tres comités de evaluación. La cifra está muy lejos de los 16,230 aspirantes necesarios para integrar las listas mínimas requeridas para la elección.
Una reforma nacida entre prisas y riesgos
El proceso electoral para elegir integrantes del Poder Judicial surge como consecuencia de una reforma impulsada por Morena y aliados en el Congreso, una medida aprobada con velocidad y criticada por su falta de planificación. Desde su concepción, expertos y analistas advirtieron de los riesgos de un cambio tan radical en la estructura judicial de México.
El resultado: un desaire generalizado y un proceso que no cuenta con suficientes participantes para cumplir sus objetivos. A menos de una semana del cierre de la convocatoria, el desinterés es abrumador, dejando en evidencia las fallas de diseño en la reforma.
Los números que no alcanzan
El próximo año, el proceso electoral deberá cubrir la elección de:
- 9 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
- 5 magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial.
- 17 magistraturas de la Sala Superior y regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
- 464 magistraturas de circuito.
- 386 juzgados de distrito.
Para lograrlo, se requieren al menos 16,230 aspirantes, divididos entre los tres comités responsables: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Sin embargo, los números actuales son alarmantemente bajos:
- 3,145 solicitudes en el comité del Legislativo.
- 253 solicitudes en el Judicial.
- 1,000 solicitudes en el Ejecutivo, según cifras no verificadas de Arturo Zaldívar.
El INE, encargado de organizar el proceso, ha solicitado una prórroga de 90 días, reconociendo que no estará listo en tiempo y forma para llevar a cabo una elección tan compleja.
¿Qué pasará si no se alcanzan los números necesarios?
El gran vacío legal de la reforma es su incapacidad para prever escenarios como este. Si no se logra el número mínimo de aspirantes, no hay claridad sobre qué ocurrirá. ¿Se cancelará el proceso? ¿Se improvisarán cambios sobre la marcha?
El futuro de la justicia en México pende de un hilo. Más preocupante aún es imaginar qué tipo de perfiles podrían llegar a ocupar las posiciones clave si el proceso sigue adelante con una convocatoria tan desangelada.
El caos apenas comienza
La falta de interés de aspirantes capacitados es solo la primera alarma de una serie de problemas que se vislumbran en el horizonte. A medida que se acerque la elección, los problemas logísticos, las tensiones políticas y las críticas al proceso podrían multiplicarse.
El riesgo no es menor: en manos del Poder Judicial recae la impartición de justicia en un país que ya enfrenta serios retos en esta área. De continuar este camino, las decisiones judiciales podrían quedar en manos de personas sin la preparación ni el conocimiento necesarios, con consecuencias devastadoras para la democracia y el Estado de derecho en México.
¡Únete a nuestro canal de Telegram! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil.
TE PODRÍA INTERESAR