La narcopolítica en Morelos: El legado de Cuauhtémoc Blanco y un posible nuevo comienzo
La tormentosa gestión de Cuauhtémoc Blanco en Morelos dejó una herencia difícil de borrar: corrupción, violencia y el aumento de la influencia del crimen organizado. Con denuncias en curso contra su administración y el respaldo de la presidenta Claudia Sheinbaum, el estado parece finalmente tener una oportunidad para desmontar un sistema que ha sometido a su población a años de inseguridad.
De futbolista a gobernador: el ascenso de Cuauhtémoc Blanco
Cuauhtémoc Blanco llegó a la política de forma polémica. Tras un pago reportado de 7 millones de pesos por el Partido Social Demócrata, asumió la gubernatura en 2018, convirtiéndose en el gobernador peor evaluado del país. Su administración estuvo marcada por la desatención pública y el poder detrás del trono que ejercieron su jefe de oficina, José Manuel Sanz, y su medio hermano, Ulises Bravo, ambos señalados por corrupción.
Un estado bajo el control del crimen organizado
Morelos, bajo el mandato de Blanco, se convirtió en un caldo de cultivo para la delincuencia organizada. La llegada de grupos como el Cártel Jalisco Nueva Generación, Guerreros Unidos y La Unión Tepito aumentó la violencia en el estado.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Morelos cerró el gobierno de Blanco con una tasa de 6.3 homicidios dolosos por cada 100,000 habitantes, ubicándose como el segundo estado más violento del país en 2022.
Sheinbaum toma acción: un laboratorio para la seguridad nacional
La presidenta Claudia Sheinbaum ha señalado la necesidad de honestidad y justicia para enfrentar los retos de seguridad. Con Margarita González encabezando el gobierno de Morelos, se han presentado denuncias penales contra Blanco y su círculo cercano.
Estas acciones podrían marcar el inicio de un «laboratorio de prueba» para enfrentar la narcopolítica en el país, un modelo que podría replicarse en otras entidades con problemas similares.
El futuro de Morelos: ¿Un horizonte promisorio?
Aunque las investigaciones están en curso, el desafío es monumental. Actualmente, 18 alcaldes y varios diputados en Morelos están señalados por vínculos con el crimen organizado. Si el gobierno federal mantiene el ritmo, el estado podría convertirse en un ejemplo de cómo desmantelar redes de corrupción y narcotráfico.
Rompiendo con la impunidad del pasado
Cuauhtémoc Blanco representa un caso emblemático de cómo la impunidad y el descuido gubernamental pueden devastar un estado. Sin embargo, las recientes acciones sugieren un cambio de rumbo.
La pregunta que queda en el aire es si estas investigaciones serán capaces de transformar Morelos en un símbolo de esperanza, o si quedarán como un recordatorio de las deudas pendientes del sistema político mexicano.
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