Compra consolidada 2025-2026: Un fracaso anunciado
La compra consolidada de medicamentos para el periodo 2025-2026, que prometía garantizar el abasto en el sector salud, se convirtió en un desastre logístico y administrativo.
El subsecretario de Salud, Eduardo Clark, había asegurado que la “mega compra” cubriría las necesidades del sistema público, pero los resultados indican lo contrario. De las 3,900 claves de medicamentos licitadas, solo se adjudicaron 1,330, es decir, apenas el 34%.
A esto se suma la falta de estrategia en la subasta, que dejó fuera a cientos de medicamentos esenciales y generó incertidumbre en hospitales y clínicas que dependen de este proceso para operar.
Errores en la adjudicación: Medicamentos de patente vencida
Uno de los puntos más criticados fue la inclusión de medicamentos de patente vencida dentro de la categoría de “fuente única”, es decir, aquellos fármacos que deberían tener un solo proveedor.
Entre los casos más polémicos destacan:
- Sildenafil (Viagra) – Su patente venció en México en 2013, pero fue considerado como medicamento exclusivo en la subasta.
- Esomeprazol (Nexium Mups de AstraZeneca) – En el mercado existen múltiples genéricos accesibles, pero se incluyó en la categoría de patente.
- Cefixima (Denvar de Merck) – Otro caso de patente vencida que, aun así, se manejó con restricciones.
- Otros medicamentos como clorfeniramina, ramipril, olanzapina, tramadol y hierro dextran – Todas sustancias con patentes vencidas que, sin razón aparente, fueron tratadas como exclusivas.
El resultado fue que, en varias claves, Birmex y la Secretaría de Salud esperaban recibir una sola oferta, pero en algunos casos hubo más de 40 propuestas de laboratorios que podían ofrecer versiones genéricas a precios más bajos.
Esto no solo demuestra la falta de planeación del proceso, sino que también podría interpretarse como un intento de favorecer a ciertos proveedores al restringir artificialmente la competencia.
Laboratorios PISA: La gran ganadora del proceso
Uno de los aspectos más controvertidos de la compra consolidada fue la asignación de contratos. La farmacéutica más beneficiada fue Laboratorios PISA, empresa que ha estado envuelta en múltiples escándalos.
PISA se adjudicó 151 claves de medicamentos por más de 20 mil millones de pesos, consolidando su posición como uno de los principales proveedores del sistema de salud.
Lo que genera mayor preocupación es que esta empresa fue señalada por el presidente López Obrador en su momento, acusándola de haber sido favorecida por gobiernos anteriores. Además, PISA ha sido criticada por fallas en el suministro de medicamentos, incluyendo su responsabilidad en la crisis de nutrición parenteral que provocó la muerte de 17 bebés en el Estado de México.
La relación cercana entre PISA y la administración de Birmex ha generado dudas sobre la transparencia del proceso.
¿Qué significa este fracaso para el sistema de salud?
El desabasto de medicamentos en México ha sido un problema constante en los últimos años, y este proceso fallido solo agrava la situación.
Entre las principales consecuencias se encuentran:
- Mayor escasez en hospitales y clínicas debido a la falta de adjudicación de claves esenciales.
- Riesgo de encarecimiento de medicamentos al favorecer a un número reducido de proveedores.
- Desconfianza en los mecanismos de compra que deberían garantizar el acceso a medicamentos de calidad.
- Impacto en pacientes con enfermedades crónicas que dependen del abasto regular de sus tratamientos.
Los institutos de salud han quedado con las manos atadas, ya que el gobierno centralizó las compras y les impidió hacer adquisiciones por su cuenta.
Un sistema que sigue sin soluciones claras
La compra consolidada de medicamentos para 2025-2026 no solo fracasó en su objetivo de garantizar el abasto, sino que también expuso problemas estructurales en el sistema de adquisiciones del sector salud.
Las irregularidades en la adjudicación, la inclusión de medicamentos de patente vencida en categorías restringidas y la concentración de contratos en pocos laboratorios generan serias dudas sobre la transparencia del proceso.
El desabasto es un problema urgente que necesita soluciones reales, no licitaciones fallidas.
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